La batalla por la higienización
- La batalla por la higienización

Pinar del Río.–Sin apagar el motor de su alzadora, con la premura de quien tiene todavía mucho trabajo por delante, Rolando Acuña asegura que en sus 45 años de vida jamás había visto tanto destrozo.
Ni siquiera en 2008, cuando también estuvo seis meses en Pinar del Río, apoyando la recuperación tras el paso de otros dos ciclones que atravesaron el territorio. Los daños eran grandes, dice.
«Lo que más me ha impresionado son las tres torres del estadio Capitán San Luis que se desplomaron. Y además de eso, la gran cantidad de casas a las que les llevó el techo, o las paredes se las tumbó».
Rolando Acuña viene de Campechuela, provincia de Granma, para ayudar con su alzadora cañera en las labores de higienización tras el paso demoledor del huracán Ian.
Se trata de una labor imprescindible en un territorio que quedó prácticamente encerrado dentro de sí mismo, debido a la caída de miles de postes –eléctricos y telefónicos–, y la inmensa mayoría de su arbolado.
De los cañaverales a las calles pinareñas se ha trasladado la zafra de hombres como Rolando Acuña, comprometidos con retirar cuanto antes las montañas de desechos que dejó el huracán.
Para que se tenga una idea de la magnitud de esta tarea, Nelson Alonso, subdirector de Desarrollo de la Dirección Provincial de Servicios Comunales, explica que, en los primeros ocho días de trabajo, tras el impacto del devastador ciclón, se recogieron más de 201 000 metros cúbicos de desechos.
Ello equivale a lo que, en tiempos normales, hace Comunales acá en alrededor de cuatro meses, con todos sus medios de alta.
Detrás de estos números, el funcionario señala que está el apoyo invaluable del grupo empresarial Azcuba, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, las empresas forestales de varias provincias y otros organismos «de afuera y de adentro», que se han incorporado con hombres y equipos a este importante frente de acción.
Es el caso, por ejemplo, de la Brigada de Pavimentación de la Empresa de Construcción y Montaje de Pinar del Río, que ha aportado sus camiones para conformar, con motoserreros de Santiago de Cuba y dos operarios de Granma, con sus alzadoras, un equipo todoterreno que, de manera cohesionada e incansable, ha estado apoyando la higienización de la capital provincial.
En total, más de 850 hombres de otras provincias y decenas de equipos, contando alzadoras, buldóceres y cargadores frontales, se han sumado a las fuerzas de los servicios comunales pinareños, en esta gran batida por despejar ciudades y pueblos.
«Es la única forma de poder hacer frente a una cantidad tan grande de desechos, contra los que nosotros solos no hubiéramos podido», reconoce Nelson Alonso.
Para Pinar del Río significa la desobstrucción de las vías, parques, plazas y cuanto espacio con árboles hallaron a su paso los poderosos vientos de Ian.
«La limpieza no es solo para embellecer, sino para evitar enfermedades», advertía, en una visita reciente a la provincia, el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández.
Aun cuando el avance es innegable, los especialistas afirman que es mucho lo que falta por hacer.
«Estimamos que lo que queda por recoger es tres veces más de lo que ya hemos retirado», señala el Subdirector de Comunales.
«La estrategia es ir limpiando desde el centro de las cabeceras municipales hacia la periferia, para pasar después a los demás poblados en cada uno de los territorios», dice, y aunque se ha trabajado duro, advierte que todavía hay muchos sitios a los que sus fuerzas no han podido llegar.