Vilma Espín: «Crear un mundo mejor»
- Vilma Espín: «Crear un mundo mejor»

En el advenimiento del tercer milenio, la eterna Presidenta de la FMC fijó posiciones de la Revolución Cubana y en favor de la emancipación de las mujeres en la III Conferencia Regional para América Latina y el Caribe de la Federación Democrática Internacional de Mujeres.
El 25 de agosto de 1999, hace casi exactamente 20 años, nuestra siempre Presidenta de la FMC, Vilma Espín Guillois, clausuraba la III Conferencia Regional para América Latina y el Caribe, convocada por la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM). Ciudad de México acogía solidaria a las 130 delegadas representantes de 40 organizaciones femeninas de nuestra región, procedentes de 17 países.
Faltaban solo 128 días para el inicio del tercer milenio y esa circunstancia peculiar que vivían las participantes, provocaba distintas reacciones y sensaciones, como pudo apreciarse en sus intervenciones. Muchas calificaron ese momento como la transición de una época que podría provocar cambios en distintos aspectos de la vida social, otras opinaban que los vaticinios finiseculares resultaban puras conjeturas, pues anunciaban encontradas situaciones: pesimismo o triunfalismo, alegría o dolor, miedo o ecuanimidad.
Pero la inmensa mayoría afirmó que en los finales del segundo milenio y del siglo XX, debían primar la sensatez, la profundidad en la interpretación de cada acontecimiento, sobre todo, el imponernos el deber de realizar reflexiones serias, siempre asentadas en el análisis científico del desarrollo histórico y de las ideas, de los sentimientos y motivaciones locales y generales, esencialmente el análisis multidisciplinario de la realidad actual.
Con ese espíritu, Vilma, al frente de una numerosa delegación cubana, en sus palabras de clausura definió su propuesta para «Crear un mundo mejor». De esa lúcida intervención cito textualmente:
«…A la misma velocidad de las tecnologías de la información y las comunicaciones, de aviones y misiles, se expande la conciencia de que necesitamos, anhelamos y construiremos una sociedad y un país que incluya nuestras utopías y realidades, nuestras ideas transformadoras y de principios, cuyos máximos fines se vislumbran a cada instante con mayor claridad:
«Racionalidad, para que no se extinga la vida en el planeta, para no destruir su medioambiente y las riquezas naturales. Racionalidad y sentido común para oponerlo al egoísmo, al individualismo, a las inequidades, a la deshumanización, al consumismo, a la magnificación del dinero y de la propiedad privada.
«Desarrollo sustentable, para distribuir y consumir equitativamente toda la riqueza que creamos las mujeres y los hombres con nuestro trabajo y no comprometer el futuro de nuestra descendencia.
«Educación para todos, que dé a la mujer la posibilidad de ofrecer un aporte en mejores condiciones a la obra colectiva y le permita aprender, seguir desarrollando y dominar las tecnologías de avanzada en todos los campos.
«Cultura para el disfrute de toda la creación artística y literaria, que eleve los espíritus y haga más grata la vida. Para seguir alimentando y enriqueciendo nuestras culturas nacionales, las que nos identifican y nos unen.
«Igualdad social, para que desaparezca la discriminación de todo tipo: racial, étnica, nacional, religiosa, de orientación sexual y por género. Para eliminar patrones sexistas y preparar a las nuevas generaciones para el desempeño responsable y compartido de los papeles sociales y familiares.
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