Caracas, Venezuela.–A cien metros de la Plaza Bolívar, donde se fundó esta ciudad, la Ceiba de San Francisco se empina, y desde sus 35 metros de altura, observa cómo Caracas y su gente se alistan en la cuenta regresiva para comprometerse con un futuro de paz.
Se rehabilita el centro histórico, se da mantenimiento vial, se engalanan las calles con el estandarte tricolor de ocho estrellas… pareciera que el país está de fiesta. Y así es. Un cuarto de siglo después, la Revolución Bolivariana sigue escribiendo su épica.
El frondoso árbol, testigo silencioso de la historia de esta nación, se encuentra frente al Palacio Federal Legislativo, sitio que será el epicentro de la juramentación de Nicolás Maduro, en su tercer mandato presidencial.
El sabor de la victoria popular chavista «envenena» a la extrema derecha y sus «socios», que no cesan en el afán de revertir a su favor los resultados electorales del 28 de julio pasado. Para ello han declarado una guerra híbrida, que desde varios frentes intenta subvertir el orden y la tranquilidad ciudadana.
No les funcionó el intento de golpe de Estado cibernético ni promover el caos interno con guarimbas. Recurrieron entonces a introducir servidores asalariados para atacar desde adentro. Lo cual, al parecer, tampoco les ha salido bien, pues aunque –en palabras del Jefe de Estado– el fascismo tenía planes con mercenarios extranjeros para llenar de bombas el país, en los meses de noviembre y diciembre se capturaron 125 mercenarios de 25 nacionalidades.
Asimismo, anunció que el martes fueron apresados siete mercenarios extranjeros, incluyendo a dos estadounidenses, dos sicarios colombianos y tres ucranianos.
Ante la perversa actitud de odio de la extrema derecha contra su propio pueblo, las fuerzas revolucionarias bolivarianas se juramentaron para defender la soberanía nacional. De esa manera, con la presencia del ministro del Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, los colectivos, quienes van a la cabeza de la defensa de su gente, se comprometieron a trabajar «por la paz y la tranquilidad, en perfecta fusión popular, militar y policial, en defensa de la Patria».
Al respecto, Maduro expresó: «Al pueblo le pertenece el poder de las armas para defender la democracia de cualquier amenaza y emboscada, venga de donde venga (…) Vamos a garantizar la victoria de la paz».
La tierra de Bolívar y Chávez cuenta también con el apoyo de su Fuerza Armada Nacional Bolivariana, que también ratificó su lealtad a la democracia y a la Revolución.
Por otra parte, lejos de los extremismos ideológicos, la oposición democrática manifestó este martes que «el diálogo, la negociación y búsqueda de consensos son las grandes soluciones que deben procurarse para avanzar. (…) Es inaceptable un gobierno interino, pasado o futuro, que pretenda deslegitimar las instituciones».
Mientras el país se prepara para este 10 de enero, el aviso a los injerencistas y extremistas está dado en voz del Presidente: «El pueblo de Venezuela está decidido a defender su derecho al futuro».