la producción de los alimentos que necesita el territorio, el incremento de la producción cañera, la mayor aplicación de la ciencia e innovación tecnológica, y el fortalecimiento de las estructuras de dirección.
Profundizando en el alcance de la organización en la sociedad, Díaz-Canel argumentó que al Partido le atañe todo, pero debe actuar con métodos y estilo de trabajo propios, pues lo que le corresponde no lo puede hacer nadie más, orientando tareas, intercambiado con la población, y trazando políticas y estrategias alejadas de la improvisación.
En ese sentido, lo primero es la base, por ser el escenario esencial de cada centro de trabajo, de la comunidad y del accionar del Partido, donde más se aprende y se precisa actuar unidos. Desde esa óptica y ante la compleja situación actual, el Jefe de Estado reafirmó como un principio el concepto de resistencia creativa: cada vez hay que estar más convencidos de que va a seguir el bloqueo recrudecido y que nosotros tenemos que salir adelante con nuestros propios esfuerzos y con nuestro propio talento.
«Por lo tanto, hay que trabajar duro y con intencionalidad, hay que asegurar bien todos los procesos y al Partido le corresponde el aseguramiento político en lo ideológico, en lo económico y en lo social», aspecto este último en el que concedió la máxima prioridad a las necesidades e insatisfacciones de la población.
En especial, indicó trabajar con la personas, explicar y argumentar respecto a los apagones, informar concretamente sus causas, el trabajo que tiene lugar para evitarlos en julio, y que la gente esté clara de que jamás se hacen para molestar; y cómo, aunque pueda haber deficiencias, casi todo tiene que ver con el bloqueo tan crudo de estos últimos años.




