Tras el sismo, manos a la obra en el hospital Comandante Pinares
Autores : María Caridad Guindo y Aydelín Vázquez.
Artemisa.–«Sobre las 11 de la mañana sentimos una explosión y la caída de cristales. Todo fue en fracciones de segundos. El Director estaba reunido con la Dirección Provincial de Salud y rápidamente todos salieron alarmados, pues nos percatamos de que se trataba de un sismo», relata Bárbara Acosta Lores, especialista de cuadros del Hospital General Docente Comandante Pinares, de San Cristóbal, donde el martes 29 de junio se sintió fuerte el impacto de un sismo de 5,1 grados en la escala de Richter, con epicentro a solo 17 kilómetros al noroeste de la localidad.
Llovía, pero era vital precaver ante la posibilidad de réplicas. Bárbara Acosta recuerda cómo bajaron a toda velocidad los más de mil trabajadores, pacientes auxiliados por médicos, personal de Enfermería y de servicio.
«Pese a la sorpresa, la movilización fue bien rápida. Nos pusimos todos a salvo», asegura el chofer Isaac Ramírez Fuentes, con 20 años de trabajo en el centro asistencial y ninguna experiencia parecida a la de este sismo.
El doctor Jorge Enrique Padrón Álvarez, especialista en Pediatría y Cuidados Intensivos de este grupo etario, jefe de Servicios Médicos, también tuvo la impresión de que algo había explotado: la bala de oxígeno o la caldera. Sin embargo, «vimos la oscilación del edificio y nos percatamos del temblor de tierra, que duró algunos segundos».
A este avezado galeno lo sorprendió en la sala de Terapia, junto a varios colegas, en plena discusión de los cinco casos reportados graves que atendían. «Me quedé sentado y luego salí a ver qué había pasado. Debido a su desesperación, primero calmamos a las madres, ya que había un niño dependiente de oxígeno y otra con ventilación mecánica, lo cual impedía que pudiéramos salir de allí. No voy a negar el temor, pero nunca abandonamos a los pequeños».
De acuerdo con Padrón Álvarez, estos infantes fueron los primeros pacientes graves evacuados en ambulancias de Apoyo Vital Avanzado del Sistema de Urgencias Médicas Nacional.
«Quiero agradecer a los profesionales de las terapias capitalinas, que recibieron a los niños en los hospitales William Soler, Juan Manuel Márquez, Pediátrico de Centro Habana y Marfán-Borrás (Pediátrico de Plaza de la Revolución)». Ninguno viajó solo; los médicos, junto a ellos y sus madres, resguardaron lo más preciado en cualquier situación.
También se supo que fue preciso interrumpir una cirugía de cadera, que se efectuaba cuando sucedió el sismo, y terminarla en urgencias.
MÁXIMA PREMURA A FAVOR DE LA VIDA
Establecer prioridades según necesidad de atención y estado general representó una garantía para el bienestar de 296 pacientes evacuados del Comandante Pinares, de ellos diez en unidades de cuidados intensivos (cinco adultos) y ocho en la terapia de Neonatología, aunque sin gravedad, explicó Yolany Torres Martínez, director de la institución.
El traslado de recién nacidos, embarazadas, pacientes de las salas de Medicina y el resto de los ingresados demandó el esfuerzo de equipos de trabajo, consagrados a la misión de proteger a los más vulnerables. Para eso contaron con el respaldo de las autoridades del Ministerio de Salud Pública, del Partido y del Gobierno en el territorio, la Empresa de Proyectos de Pinar del Río y representantes del Ministerio de la Construcción en Artemisa, que al cierre de este reportaje continuaban evaluando la envergadura de los daños estructurales.
Asimismo, «los combatientes del Minint se ocuparon de que las personas se mantuvieran alejadas del edificio, en espera de alguna réplica».
Torres Martínez destacó la disposición de brindar ayuda desde varios hospitales, muestra de la solidaridad de los cubanos, además de la voluntad de arreglar lo antes posible los daños en paredes, redes hidráulicas, falsos techos, cristales y enchapes de mármol y azulejos.
«No hubo afectaciones a equipos médicos ni al sistema de gas; sí un salidero en los conductos del gas medicinal, aún en revisión por los especialistas».
En tanto, los profesionales del Comandante Pinares se han distribuido en los hospitales Julio Díaz, adonde se trasladaron sospechosos de alto riesgo de la covid-19; Calixto García, que asumió casos de terapia; Abel Santamaría, de Pinar del Río, que recibió a pacientes de Angiología y Medicina; y Ciro Redondo, de Artemisa, destino de embarazadas, puérperas y mujeres a término, que darán a luz allí.
ALERTA ROJA PARA LOS BOMBEROS
Nada ni nadie permaneció indiferente cuando la tierra se estremeció. Vasos, ventiladores, adornos… en casas aledañas sintieron la sacudida desde lo más profundo, y hasta el Instituto Preuniversitario José Licourt Domínguez supo de impactos en sus paredes, considerados de poca gravedad por un arquitecto, refirió a este equipo de redactores Yasmany Torres Díaz, técnico de Computación, de guardia en el plantel.
Por supuesto que los bomberos acudieron al lugar, movidos por ese instinto de salvar a toda costa. A juicio del capitán Rolando Torres Lara, jefe de compañía del Comando Territorial No. 4 San Cristóbal, «es la primera vez que enfrento un sismo. Fue algo impresionante, que te toma de imprevisto. Nos presentamos cinco bomberos de dotación, el operador del carro, con toda la técnica, el jefe de Comando, mayor Orlando Delgado, y el inspector de la Unidad Técnica de Protección Provincial, teniente Eduardo Careaga.
«Cuando llegamos, ya el personal médico había sacado a muchos pacientes en sus camas. Nos pidieron que recorriéramos el lugar para evaluar la situación del inmueble y entramos con nuestros medios de protección. Había paredes y algunas columnas interiores fraccionadas, ventanas dañadas, pedazos de falso techo desprendidos, al igual que azulejos grandes en el lobby».
De forma ordenada, los bomberos apoyaron a la Policía y a los trabajadores de Protección Física del hospital en el traslado de las pertenencias de pacientes y acompañantes que habían quedado dentro.
Después evacuaron a dos personas que se encontraban en Cuidados Intensivos en el tercer piso. En ese momento, «subimos con los paramédicos y se hizo la evacuación por las escaleras, en una tabla espinal, tomando todas las medidas, hacia las ambulancias, pues el elevador estaba obstruido».
RECUPERAR EN EL MENOR TIEMPO POSIBLE
Imbuidos en los afanes para resarcir los daños en breve tiempo, se recibió, con satisfacción, el mensaje del Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, quien mediante Twitter hizo saber su acompañamiento: «Desde que ocurrió el sismo en Artemisa hemos estado en contacto con sus autoridades. De inmediato comienzan las labores de recuperación, particularmente de lo dañado en la estructura del Hospital Comandante Pinares, que no es grave y tiene solución».
Brigadas del Micons y de la Empresa de Mantenimiento Constructivo se empeñan en recuperar áreas y devolver imagen y confiabilidad a este gigante del Occidente del país, que dispone de 525 camas, 25 salas de hospitalización, diez salones de operaciones, de conjunto con los únicos servicios de Células Madre y Quimioterapia de la provincia.
Según informó al cierre el Director de la institución, ya se crearon condiciones que garantizan la continuidad de algunos servicios como urgencia y cuerpo de guardia, actividad quirúrgica de emergencia, hemodiálisis, quimioterapia, imagenología, medios diagnósticos, genética y patología de cuello.
Con las manos ya involucradas en las obras de recuperación, se aspira a devolver rápido la vitalidad a este centro insignia de la Salud en Artemisa. Artículo tomado del periódico Granma Digital.