Ni las bombas ni la permanente agresión serán suficientes para doblegar la esperanza
A los señores de la guerra, esa que es el horror de los pueblos, les son indiferentes los niños y las niñas, las mujeres y los hombres; lo humano. Sensibilizarse y finalizarla ante tantas muertes, les es extraño; por eso continúan haciendo agonizar lo ajeno, lo vivo.
No bastan las más de siete décadas que carga el pueblo palestino resistiendo la embestida del colonialismo sionista; ni las vidas arrancadas a más de 42 000 personas, desde octubre de 2023. La ofensiva sigue, y duele.
Por eso, conscientes de que la solidaridad no conoce de señuelos ni de fronteras, y que luchar por Palestina es también luchar por la humanidad, una representación del pueblo cubano marchó por las calles de La Habana, desde la Fragua Martiana hasta la Tribuna Antimperialista.
«Nuestra solidaridad y sensibilidad con las causas justas nos convocan a la más antimperialista de las tribunas, para repudiar la masacre que se comete contra el pueblo de Palestina y que se intensifica también contra el Líbano, Siria y Yemen», expresó Meyvis Estévez Echevarría, primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas.
Ante el vil escenario que vive el pueblo palestino afirmó que no se trata de cifras, que son familias enteras martirizadas, desaparecidas, y que cada vez que se asesina a una persona de esa tierra, muere también la vergüenza del mundo.
«Esta marcha de miles de cubanos, y las concentraciones que se han realizado en el país durante estos días, honran cada vida arrebatada por Israel; además, reafirma la voluntad política y el compromiso del Estado cubano con la paz, la justicia y el respeto a la soberanía nacional», resaltó Meyvis Estévez.
La marcha la encabezó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, acompañado de los miembros del Buró Político, Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado, y Manuel Marrero Cruz, primer ministro, así como de otros dirigentes y representantes de las organizaciones políticas y de masas.