Los tres poderes del Estado brasileño rechazaron la violencia
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El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, conversó ayer, por teléfono, con el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, a quien reiteró «toda nuestra solidaridad hacia él y su Gobierno, frente a los hechos violentos», dio a conocer en su cuenta en Twitter.
Dijo también que le ratificó «la voluntad de impulsar y profundizar los vínculos bilaterales en beneficio de ambos pueblos».
Un día después de las acciones desestabilizadoras del domingo, y bajo el título En defensa de la democracia, fue hecha pública una declaración conjunta de los tres poderes del Estado brasileño, expresando el rechazo a las muestras de violencia tras el intento de golpe de Estado.
El mensaje, divulgado en Twitter por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, presentó la carta que lleva la firma de los representantes de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial en Brasil.
«Los defensores de la democracia y la Carta Constitucional de 1988 rechazan los actos terroristas, de vandalismo, criminales y golpistas que ocurrieron en la tarde de ayer en Brasilia», indica el texto, en el cual se destaca la unidad de estas fuerzas «para que los reclamos institucionales sean tomados en los términos de las leyes brasileras».
En horas de la mañana de ayer, efectivos policiales del Distrito Federal de Brasilia y del Ejército desalojaron el campamento de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro, frente al cuartel general del Ejército, desde el cual se lanzaron los asaltos contra las sedes de la Presidencia, el Congreso y el Supremo.
El desalojo se efectuó sin la necesidad del uso de la fuerza por parte de los agentes del orden. Aun así, la Policía detuvo a 1 200 simpatizantes del exmandatario, agrega RT en español.
Líderes mundiales condenaron, durante las jornadas del domingo y de este lunes, la intentona golpista. El Papa Francisco calificó las acciones como «antidemocráticas y vandálicas», motivadas por «la carga de tensiones y formas de violencia que exacerban los conflictos sociales».
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, calificó a Brasil como «un gran país democrático», y dijo que confiaba en que se respetaría la «voluntad del pueblo brasileño y de las instituciones del país».
Según el portavoz de la Cancillería china, Wang Wenbin, Beijing «se opone firmemente al ataque violento» contra las sedes del poder en Brasil, y subrayó que su país «apoya las medidas tomadas por el Gobierno brasileño para calmar la situación, restaurar el orden social y preservar la estabilidad nacional».
Asimismo, a través del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, Moscú condenó «de la manera más firme las acciones de los instigadores de disturbios, y apoyamos plenamente al presidente brasileño Lula da Silva».