La universidad en el corazón de Cuba
El aporte de las universidades de nuestro país a la gestión de Gobierno y a la labor del Partido, a la formación y superación de cuadros, y al propósito de lograr la mayor justicia social posible para ir eliminando desigualdades, fue destacado por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Partido y Presidente de la República, al presidir el balance anual del Ministerio de Educación Superior (MES), efectuado este lunes en la capital.
En el encuentro, que contó con la presencia también de Jorge Luis Broche Lorenzo, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido y jefe de su Departamento de Atención al Sector Social; Jorge Luis Perdomo Di-Lella, vice primer ministro, y José Ramón Saborido Loidi, titular del mes, entre otras autoridades, el Jefe de Estado cubano significó que 2021 fue muy retador por todas las complejidades asociadas al recrudecimiento del bloqueo económico y por las medidas adoptadas por el Gobierno de ee. uu. contra nuestro país.
Señaló que la Educación Superior no se detuvo ante la situación de la pandemia, y «se logró concluir el curso en medio de la complejidad, y hubo que hacerlo de manera creativa».
Al referirse a las lecciones aprendidas en el pasado año, afirmó que sí tenemos potencialidades para desarrollar la enseñanza a distancia, y que la participación de los estudiantes y profesores en tareas de impacto provocó un crecimiento de la formación revolucionaria, «de la formación ética, de la formación del ciudadano».
Díaz-Canel destacó que se pudieron aprovechar las potencialidades del conocimiento en el enfrentamiento a la pandemia, gracias al aporte de las universidades.
Mencionó también el apoyo de las entidades de nivel superior a los municipios, a los grupos temporales de trabajo, creados para el diseño de políticas públicas, y para propulsar un sistema de gestión de gobierno basado en la ciencia y la innovación.
Hoy podemos hablar de varios espacios en el que las universidades están participando, donde están contribuyendo los académicos, comentó el mandatario, al tiempo que resaltó la cooperación de las mismas en la concepción de las estrategias de desarrollo territorial y en los proyectos y programas de desarrollo local.
Refirió que se han fortalecido las interconexiones de estas con el sector productivo de bienes y servicios y de administración pública.
Orientó seguir apoyando a los centros universitarios municipales y expresó que el desafío para poder enfrentar el proceso de informatización de la sociedad tiene mucho que ver con el trabajo en las universidades.
Se refirió, igualmente, a las acciones que se realizan en los barrios, tarea que se apoya en investigaciones sociales de esos centros.
Dijo que, si de esa manera la universidad participa en la batalla ideológica y en la batalla económica, puede ratificarse que le está poniendo corazón a Cuba, añadió.
LO HECHO Y LO QUE ESTÁ POR HACER
En 2021 las universidades cubanas trabajaron en ocho objetivos estratégicos, el primero de ellos, la formación de profesionales integrales, competentes y comprometidos con la Revolución. En este sentido, las prioridades se concentraron en la labor educativa y político-ideológica, y en el perfeccionamiento del proceso de formación.
En el curso académico 2021 se matricularon 67 895 estudiantes de nuevo ingreso (1 617 en los programas de formación de ciclo corto). Además, la matrícula en las diferentes carreras y programas de formación ascendió a 196 180 estudiantes. En el curso a distancia el total de alumnos se elevó a 6 926.
Se logró que el 44 % de los estudiantes realizaran prácticas laborales y trabajos de diploma, al tiempo que se registró un incremento en el ingreso al curso por encuentros en los centros universitarios municipales.
Vale destacar que a todos los egresados del curso diurno se les asignó una ubicación laboral y que, en un escenario impactado por la COVID-19, se llegó a estos resultados empleando métodos presenciales, plataformas virtuales, la municipalización de los procesos y la combinación de estos.
El pasado año continuó la preparación y completamiento del claustro docente, compuesto por 19 963 profesores e investigadores, de ellos 4 423 doctores en ciencias.
Otro objetivo priorizado del año académico 2021 fue incrementar el impacto de las universidades y entidades de ciencia, tecnología e innovación en sectores fundamentales para el desarrollo económico y social del país.
En este sentido, se consolidan los resultados del Parque Científico-Tecnológico de La Habana, de la Universidad de Ciencias Informáticas, los del Parque Científico-Tecnológico de Matanzas, de la Sociedad de Interfaz de Ciencia y Tecnología de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, y la Sociedad de Interfaz de Ciencia y Tecnología de la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría.
Para 2022 no son menos importantes los retos que encara la Educación Superior en Cuba, que se propone fortalecer el vínculo con las empresas de producción de bienes y servicios y con formas organizativas que incentiven la aplicación de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Constituye una prioridad perfeccionar la preparación y superación de los cuadros y reservas, tanto del Estado como del Gobierno, mientras se trabajará en potenciar la relación universidad-sociedad, en garantizar la transformación digital de las casas de altos estudios y las entidades de ciencia, tecnología e innovación, y en asegurar la calidad de la Educación Superior, avalada por la acreditación de sus programas e instituciones.