(Versiones Taquigráficas - Presidencia de la República)
¡Saludos, Portugal! (Aplausos.)
¡Un abrazo para los trabajadores y para los hermanos portugueses de la solidaridad con Cuba! (Aplausos.)
¡Un abrazo para todos los que están aquí en esta sala manifestando el apoyo a la Revolución Cubana, al pueblo cubano; para los que están en otras salas viendo este acto por pantallas y también para los que no pudieron llegar! (Aplausos.)
¡Un abrazo y un reconocimiento a los organizadores, a los productores, a los guionistas y a los artistas, que nos han entregado con toda pasión su arte revolucionario (Aplausos), que nos han entregado canciones y bailes de solidaridad! (Aplausos.)
¡Qué más decirles que los cubanos que estamos aquí hoy con ustedes estamos muy emocionados! (Aplausos y exclamaciones de: “¡Cuba Vencerá!”)
Vamos a hacer una prueba, alguien me dijo que si hablaba despacio en español ustedes me entendían y no hacía falta traductor, ¿es así? (Le responden que sí.) Así es mejor (Aplausos).
Nosotros estamos viviendo emociones muy intensas en este encuentro con ustedes. Primero, la manera en que se han movilizado, los esfuerzos que han tenido que hacer para llegar hasta aquí; muchos han venido de otras regiones del país, desde muy lejos, han dedicado una parte de su tiempo familiar de hoy sábado, en la tarde-noche, para estar con nosotros, eso se lo vamos a agradecer toda la vida y nunca vamos a olvidar este encuentro con ustedes (Aplausos).
Este encuentro entre hermanos, entre amigos, entre personas que tenemos como ideal la construcción de un mundo mejor, que “es posible”, como nos dijo Fidel, tiene antecedentes. En estos días –y también quiero agradecerlo–, cuando hemos estado en un grupo de actividades públicas aquí en Lisboa, siempre hemos tenido el apoyo de una bancada de jóvenes comunistas, que están por aquí (Aplausos prolongados y exclamaciones de: “¡Cuba Vencerá!”), y de otros miembros de organizaciones de solidaridad que nos han estado acompañando con esas mismas consignas que ustedes están vitoreando aquí en este recinto (Aplausos).
Aquí estamos con ustedes compartiendo sentimientos. No saben cuántas ideas nos están pasando por la cabeza al ver cómo en latitudes diferentes los que queremos un mundo mejor podemos compartir ideas, podemos compartir compromisos, podemos compartir sueños y, sobre todo, ¡compartir la convicción de que vamos a poder y de que vamos a vencer! (Aplausos prolongados.)
Apreciamos mucho el arte de los trovadores y del grupo portugués que ha estado aquí cantando para todos nosotros; apreciamos mucho, y para nosotros es un gesto tremendo, que un coro de mineros portugueses nos haya cantado canciones tradicionales portuguesas, y, por supuesto, nos complace mucho que un grupo de cubanos residentes en Portugal, dos eminentes profesoras de ballet y danza de Cuba que han estado haciendo todo un trabajo con niños aquí, hayan hecho esa magnífica presentación de una antológica canción de Silvio Rodríguez, La maza (Aplausos), y también una bellísima canción infantil, pero que es para todas las edades, de una compositora emblemática también cubana, de mi ciudad, Teresita Fernández, que es la Ronda (Aplausos). Con una de esas profesoras conversamos anoche, y me decía: “Vamos a ver si les gusta lo que vamos a hacer”.
Ver niños vestidos de pioneros cubanos también emociona cuando llevamos días fuera de la patria (Aplausos).
Y otra de las profesoras cubanas que ha trabajado este repertorio es una vieja amiga de la infancia, de mi ciudad, hija de una familia de artistas, profesores y educadores que tiene mucho prestigio en la ciudad de Santa Clara, ¡la ciudad donde están los restos del Che! (Aplausos.)
Queridas amigas y amigos:
Estar junto a ustedes hoy es para nosotros una evocación al histórico encuentro del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz (Aplausos) en el Acto de Solidaridad, en Oporto, el 18 de octubre de 1998 (Aplausos).
Como lo fue para Fidel en aquel momento, para nosotros es un enorme compromiso expresarles hoy nuestro sentimiento de admiración, reconocimiento y cariño por el apoyo recibido de ustedes.
En aquel momento, cuando Fidel participó en aquel acto, eran los años del impacto de la caída del campo socialista, años de incertidumbre para muchos, de invasión cultural, de globalización neoliberal y no precisamente de globalización solidaria, de denuncias sobre los daños al medio ambiente, y para Cuba, para nosotros, de heroica resistencia (Aplausos).
Antes de venir a la visita a Portugal estudié nuevamente ese discurso de Fidel en aquel acto. Todo lo expresado en aquella ocasión, tal vez con determinados matices, tiene plena vigencia hoy en la situación que estamos viviendo en el mundo, en Portugal y Cuba.
Como todos ustedes saben, estamos realizando una visita de Estado a la República Portuguesa, en respuesta a una invitación del presidente Marcelo Rebelo de Sousa, con quien compartimos ayer una intensa jornada de trabajo, productiva, en la que hemos destacado los lazos históricos que unen a nuestros países y a nuestros pueblos. En la esencia de ese vínculo sobresale la empatía entre nuestros pueblos y la solidaridad como su expresión fundamental.
Ternura de los pueblos, la llamó un poeta, y no hay definición más exacta cuando se vive lo que ustedes nos están entregando hoy (Aplausos).
Para Cuba, la solidaridad ha sido y es pilar de nuestra política exterior. La hemos brindado por décadas alrededor del mundo y apreciamos en alto grado que también la recibimos desde los cinco continentes. No podría explicarse la existencia misma de nuestra nación en Revolución, desde sus orígenes, sin la solidaridad internacional (Aplausos). Y así lo certificó el Comandante en Jefe Fidel Castro en su histórico concepto de Revolución en el año 2000.
Permítanme, por tanto, reconocer especialmente en ustedes, y en todos aquellos que no han podido acompañarnos hoy, las incontables pruebas de afecto y apoyo emanados del activismo solidario de la Asociación de Amistad Portugal-Cuba, de los amigos de la solidaridad de Portugal con Cuba durante todos estos años (Aplausos).
Incluyo en ese reconocimiento un profundo agradecimiento por la incorporación de ustedes a la campaña europea UnblockCuba, lo que ha permitido multiplicar exponencialmente los mensajes de respaldo a la Revolución desde este continente.
La solidaridad portuguesa con el pueblo cubano se fortaleció más en los duros años de enfrentamiento a la pandemia, con numerosas iniciativas que beneficiaron a cientos de familias cubanas en distintas provincias de nuestro país (Aplausos).
Estimadas compañeras, estimados compañeros, amigos y hermanos:
La prueba de todo lo que he dicho antes, puede encontrarse cuando se estudia, a la luz de estos días siempre desafiantes, algo que dijo Fidel hace 62 años y que comparto con ustedes. Decía el Comandante en Jefe: “El mundo ha sido solidario con Cuba y por eso Cuba se siente cada día más solidaria con todos los pueblos del mundo (…)”. (Aplausos.) “Cuba le debe a esa solidaridad, en gran parte, haber podido resistir los ataques del imperialismo y Cuba sabe que con esa solidaridad continuará luchando y continuará resistiendo”. Eso lo dijo Fidel, y, como dicen ustedes, ¡continuará venciendo! (Aplausos y exclamaciones de: “¡Cuba vencerá! ¡Cuba vencerá! ¡Cuba vencerá!”)
Quién se atrevería a negar esas palabras que parecen dichas para hoy.
Conocemos y agradecemos profundamente los pronunciamientos de ustedes contra el bloqueo de Estados Unidos y contra la inaceptable inclusión (Abucheos) de nuestro país en la espuria y arbitraria lista de Estados patrocinadores del terrorismo que de manera unilateral elabora ese país que se cree dueño del mundo y que ha patrocinado, durante décadas, las acciones terroristas contra Cuba. Si alguien debía estar en esa lista es el Gobierno de los Estados Unidos (Aplausos y exclamaciones de: “¡Cuba sí, bloqueo no! ¡Cuba sí, bloqueo no"! ¡Cuba sí, bloqueo no!”.
El bloqueo, como lo demuestra la difícil situación diaria del pueblo cubano, es el principal obstáculo al desarrollo económico y social de nuestro país. Impacta con crueldad en el día a día de cada familia cubana. Es una violación enorme, masiva y sistemática de los derechos humanos de todo un pueblo para obligarlo a desistir del camino de justicia social que ha decidido darse en el proceso de construcción socialista (Aplausos).
¿Cuánto más podrían hacer ustedes por Cuba y cuánto más podría hacer Cuba por el mundo sin el obstáculo del bloqueo, sin las 243 medidas adicionales que aprobó el presidente Trump y que ha mantenido el presidente Biden para agravarlo y recrudecerlo? (Abucheos.)
En el caso de la fraudulenta lista de supuestos Estados patrocinadores del terrorismo, la reinclusión en ella por parte del presidente Trump, a escasas horas de abandonar la Casa Blanca, tenía el malsano propósito de adicionar nuevos y más difíciles obstáculos de efecto inmediato para revertir el avance experimentado en las relaciones entre ambos países, cuando se flexibilizaron unas pocas restricciones durante la administración anterior, la de Obama.
Estar en ese listado ha costado a Cuba la suspensión de las operaciones con nuestro país por parte de numerosos bancos y agencias financieras en todo el mundo, lo que ha provocado, entre otras consecuencias, la paralización de transferencias destinadas a la compra de alimentos, medicamentos, materias primas para nuestros procesos productivos y otros bienes para la población.
Ustedes saben bien que Cuba no patrocina el terrorismo. Lo sabe el mundo. Cuba ha sido víctima de acciones terroristas perpetradas, respaldadas u observadas con mirada cómplice por el Gobierno de los Estados Unidos (Abucheos). Fue el Gobierno de los Estados Unidos y no el de Cuba el que permitió que connotados terroristas, responsables directos de la muerte de cientos de nuestros compatriotas, vivieran una vida tranquila en su territorio sin que respondieran ante la justicia por sus crímenes. Lisboa, en los años setenta, fue escenario de uno de esos crímenes: el asesinato de los diplomáticos cubanos Adriana Corcho y Efrén Monteagudo, víctimas de una carta bomba en la Embajada de Cuba en esta capital en 1976, un año que guarda el pavoroso récord de actos terroristas contra nuestro pueblo.
Cuba patrocina la paz, el entendimiento entre las naciones y el respeto a los principios del Derecho Internacional. Junto a sus hermanos de América promovió y defiende la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz. Cuba practica la solidaridad, y a la expansión de esa noble práctica es a la que le teme el Gobierno de los Estados Unidos (Aplausos); porque Cuba ha sobrevivido a las políticas hostiles que contra ella se aplican, gracias a su pueblo y gracias al apoyo internacional que personas en el mundo nos dan como ustedes nos abrazan (Aplausos).
Ustedes han celebrado nuestros triunfos como propios y nos han acompañado en los momentos más difíciles, conscientes de que la verdadera solidaridad estriba en compartir lo que se tiene y no en dar lo que sobra. ¡Ustedes nos han dado y tienen de nosotros la ternura de nuestro pueblo! (Aplausos.)
Estimados amigos:
Como si no bastara la agresividad económica, comercial y financiera que enfrenta Cuba, en plena era digital, se ha hecho uso por nuestros enemigos de una guerra mediática, a través de todas las plataformas disponibles, para instigar con intensidad, desembozadamente, al cambio de régimen en Cuba. Para ello, los personeros anticubanos en Estados Unidos y también sus acólitos en Europa, han diseñado y han ejecutado campañas de descrédito sobre Cuba, con la mayor perversidad posible, al tergiversar la realidad nacional, crear escenarios hostiles y mentir y calumniar sin pudor.
Siguiendo ciegamente la guía de esa narrativa, hay quienes pretenden descarrilar el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre la Unión Europea y Cuba, en momentos en que ambas partes hemos validado su utilidad para acercarnos más, a pesar de nuestras diferencias.
Hemos dicho a quienes nos adversan que los cubanos construimos con mucho esfuerzo una sociedad que es perfectible, que de nuestros propios errores sacamos enseñanzas y aprendizajes; pero Cuba tiene el derecho a vivir en paz y a desarrollarse sin injerencias foráneas que pretendan cambiar los destinos que la mayoría de su pueblo eligió soberanamente (Aplausos).
Y ahí, junto a nosotros, están ustedes, que dedican incontables horas de sacrificio personal a la causa de la Revolución Cubana, lo cual nos conmueve y despierta una admiración y profundos sentimientos de gratitud de nuestro pueblo hacia todos.
¡Ante ustedes ratificamos que, a pesar de las dificultades y las agresiones, Cuba no se rinde ni se doblega! (Aplausos y exclamaciones de: “¡Cuba vencerá! ¡Cuba vencerá! ¡Cuba vencerá!”) ¡Avanzamos con firmeza en la actualización de nuestro modelo económico y social, y no renunciamos, sino ratificamos nuestra convicción de construcción socialista! (Aplausos y exclamaciones).
Con la participación activa y consciente de nuestros trabajadores y con la solidaridad de nuestros amigos de todos los continentes, lucharemos para conquistar toda la justicia por Cuba y por el mundo, que está hambriento de justicia social (Aplausos y exclamaciones).
Finalmente, permítanme confirmarles que estaremos presentes en Bruselas en la Cumbre CELAC-Unión Europea, como demostración de la voluntad de Cuba de seguir tendiendo puentes en las relaciones entre ambas regiones, sobre la base de la igualdad, el respeto mutuo y con la aspiración de mantener una mayor cooperación que beneficie a los pueblos de América Latina y el Caribe (Aplausos).
Les anticipo un sincero agradecimiento, porque sé que algunos de ustedes también estarán en Bruselas en la vibrante Cumbre de los Pueblos, en favor del desarrollo, contra los efectos del cambio climático, por la igualdad y por la solidaridad (Aplausos).
Comparto con ustedes lo que sintió Fidel aquel día en Oporto cuando expuso: “Ustedes no son capaces de imaginarse cuánto nos alienta la solidaridad de ustedes, lo que ustedes han hecho hoy, la manifestación de hoy, el acto de hoy, la energía de ustedes, la fortaleza de ustedes, la vitalidad de ustedes...” (Aplausos). Y más adelante decía Fidel, y también lo estamos sintiendo hoy aquí: “Ustedes nos aportan un aliento que no tiene precio, multiplican nuestra confianza, realmente nos llenan de esperanzas. Yo no tengo palabras para decirles, realmente, cuánto lo agradecemos” (Aplausos).
Hermanas y hermanos:
Desde esa nuestra historia común y compartida y desde el presente, reciban un abrazo fraterno todas y todos esta tarde, con el amor sincero que los cubanos sabemos dar a los verdaderos amigos (Aplausos y exclamaciones).
¡Viva la amistad entre Cuba y Portugal! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Cuba vencerá! (Exclamaciones de: “¡Cuba vencerá!”)
¡Hasta la Victoria Siempre! (Exclamaciones de: “¡Siempre!”)
(Aplausos y exclamaciones de: “¡Cuba vencerá! ¡Cuba vencerá!”)
Muchas gracias.
(Ovación.)