En todos los sitios, de cara a todos los problemas
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Urbano noris, Holguín.–A Mirtha Cintra Suárez se le ve constantemente en cualquier sitio de los asentamientos Gutiérrez y Amparo-La Loma, donde residen más de mil personas. Cuando algún forastero le dice que allí afirman que ella está al corriente de lo más mínimo, mira fijamente a los ojos de aquel, como ocurrió con este periodista, y cualesquiera que sean las intenciones del señalamiento, responde: «Me toca por ley, soy la delegada del Poder Popular en la circunscripción 29, del consejo popular San Francisco».
Granma la encontró por pura casualidad en su vivienda, en Gutiérrez. Acababa de participar en el acto provincial por el aniversario 64 de los Comités de Defensa de la Revolución, ocasión en la que ella y muchos de sus vecinos fueron reconocidos por la activa labor social.
«Aproveche y pregunte lo que quiere saber. Dentro de un rato, cuando el sol no esté tan bravo, voy a dar una vuelta por la escuela y la bodega del barrio, y luego haré otras cosas», dijo directamente, sin dejar de ser amable.
Ante la observación de que la comunidad, compuesta por humildes viviendas, se muestra limpia, revela una regla: están definidos los sitios para verter la basura, son enfrentados resueltamente quienes quiebren lo regulado y, cuando se detecta cierta acumulación, llaman a uno de los vecinos que tienen carretones tirados por caballos, y se llevan todo al vertedero general, distante, como está establecido.
La tracción animal la han empleado para buscar, en el almacén de la Empresa de Comercio Interior, los productos de la canasta familiar normada, así como del pan, desde el Centro de Elaboración. Esto último tiene sus normas, como usar el carretón con mejores condiciones, cubrir su piso y barandas con una lona limpia, y colocar sobre ella los envases que contienen el producto.
Se hace así, dice, no solo porque no alcanza el combustible para los vehículos y porque las distancias son relativamente cortas, sino porque es una acción concertada y organizada previamente, que es gratuita, por decisión de los propietarios de los carretones y los caballos. Responde al hábito de solicitar la ayuda del Gobierno municipal y de otras entidades a ese nivel, cuando están agotadas todas las posibilidades de encontrar una solución desde dentro.
«¿Usted sabe por qué aquí hemos resuelto muchos problemas? Sencillito, porque hay un Grupo de Trabajo Comunitario fuerte, que toma decisiones después de que analiza bien las cosas. Cuando me eligieron delegada en 2018, lo primero que hice fue integrar en ese grupo a las organizaciones de masas de los barrios, a la Junta de la cooperativa de créditos y servicios Mario Muñoz, a los maestros de la escuela, al médico y la enfermera de la familia. Bueno, a todos los que tienen responsabilidad social, y personas que desean el bien para todos.
«Mire cómo es esto: tenemos cuatro personas con neoplasias y logramos que reciban atención directa de la cooperativa, que les garantiza leche y otros alimentos. También vienen productores a vender a los barrios, y les exigimos que no se aparten del listado de precios. Si a alguno se le va la mano, enseguida los enfrentamos nosotros mismos, o con la ayuda de inspectores».
La conversación cobra vuelo. Recuerda, entre otras cosas, que en los asentamientos hubo más de una decena de personas sin vínculos laborales, pero mediante los encuentros del Grupo de Trabajo Comunitario con quienes estaban en esa situación, y las gestiones con campesinos de la zona, se incorporaron al trabajo.
Cuando llega la hora en que considera que el sol es menos intenso, propone dirigirse a la Escuela Primaria Urbano Noris, que posee una matrícula de 29 educandos, de preescolar a sexto grado. Allí la espera la maestra Ana Rosa Azahares, directora en funciones del centro. Ambas abordan lo hecho en 2018 para eliminar el deterioro material en el que se encontraba la instalación.
Revive el proceso de reconstrucción, durante el cual rechazó tres veces las puertas y persianas que trajeron, y solo aceptó las que tuvieron calidad. Puso en práctica su derecho a ejercer control, puntualiza, segura de lo que hace.
«Cuando la escuela estuvo lista al parecer de los constructores, no acepté que fuera inaugurada oficialmente, y las autoridades del Gobierno del municipio en aquel momento se molestaron conmigo, y trataron de cambiar mi opinión, pero no lo hice, porque a mi entender, no hubo buena administración del Presupuesto».
Luego toma camino a la bodega, que también fue reconstruida en 2018, lo que implicó construirle una cubierta de placa y colocarle nuevos elementos de carpintería.
Al frente del establecimiento se encuentra la plaza pública de Gutiérrez, y en ella la pequeña tribuna, a la que unos vándalos le robaron parte de las tejas de fibrocemento del techo. Asegura que la identificación de los posibles autores está próxima y, tan pronto se confirme su culpabilidad, será la primera en insistir y comprobar que les caiga encima todo el peso de la ley, por afectar un bien común.