Toque marcial, silencio de respeto, un himno, descargas de fusiles en tributo a los caídos. La niebla ha sido quebrada por el sol, pero incluso en la noche más tupida, en las montañas del Segundo Frente Frank País siempre hay una luz prendida, llama eterna que arde a la vez que honra. Allí la Patria también tuvo un crisol.
Al pie de la montaña de Mícara, en plena Sierra Cristal, el país recordó, el pasado sábado, los 65 años de la creación del frente guerrillero fundado por el entonces Comandante y hoy General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana, quien presidió el acto político y ceremonia militar.
Las circunstancias en que se creó, lo ejemplar de su organización y eficacia, sus objetivos cumplidos con creces, los capítulos épicos que en nueve meses y 22 días allí se escribieron, y todo lo que de fundacional tuvo, fueron exaltados en la conmemoración, a la que asistieron también el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; el Comandante del Ejército Rebelde y fundador del frente, José Ramón Machado Ventura, y el Comandante de la Revolución y vice primer ministro, Ramiro Valdés Menéndez.
Al terminar el acto, Raúl, junto a Díaz-Canel y los demás participantes, depositaron gladiolos ante la llama eterna y, tras un breve recorrido por el mausoleo donde reposan los restos de los combatientes de este frente guerrillero, caídos en la guerra de liberación o fallecidos después del triunfo revolucionario, llegó el tributo a la heroína de la Sierra y el llano, Vilma Espín Guillois, ante cuya piedra el General de Ejército colocó un ramo de flores, símbolo de amor y respeto a la historia que, en la vida y en la lucha, escribieron juntos.