El principal gestor de la producción de alimentos debe ser el municipio
Los actores de la economía local –dígase industrias o minindustrias– deben explotar más las potencialidades de sus territorios en la producción de materias primas para la elaboración de alimentos, para lograr el tan anhelado autoabastecimiento municipal, expresó Manuel Marrero Cruz, miembro del Buró Político del Partido y primer ministro, en el balance anual del Ministerio de la Industria Alimentaria, realizado ayer en la capital.
Marrero Cruz señaló que la industria nacional solo debe llevar al municipio aquellos productos que, por diferentes factores, no puedan ser producidas allí.
Y preguntó: «si hay un municipio que es netamente arrocero, ¿por qué seguirle enviando para la canasta básica el arroz importado, si es capaz de producirlo?».
Advirtió, en cuanto a la necesidad de velar por la calidad e inocuidad de los alimentos, que estamos teniendo menos recursos, faltan materias primas, pero aun así el producto terminado tiene que cumplir con los estándares establecidos.
El Jefe de Gobierno dijo que, haciendo un poco más de lo mismo, no se resuelve el problema, hay que cambiar, y no podemos estar satisfechos con tener brillantes ideas cuando el pueblo no está viendo nuestros resultados.
Los presentes se refirieron al encadenamiento productivo con las formas de gestión no estatal y, en este sentido, dijo que no se trata de alquilar la fábrica, sino de asociarse, unirse, producir entre los dos y luego fijar precios y ganancias, tal como se está haciendo en la Fábrica de galletas Pinocho.
En cuanto a las exportaciones, Marrero Cruz manifestó que este fue un ministerio pionero en lograr buenas inversiones de capital extranjero, que se hicieron insostenibles porque las producciones iban destinadas casi totalmente a nuestro propio mercado y en gran medida a la canasta básica familiar.
Por ello, indicó «lograr tener producciones para la exportación, de modo que se generen ingresos en divisas que, a su vez, permitan comprar más materia prima y asegurar las producciones que demanda el país».
Criticó que este ministerio ha facilitado a las micro, pequeñas y medianas empresas la importación de cervezas, rones, refrescos extranjeros, que «no aportan nada, que no ayudan a detener la inflación, que no bajan los precios».
Marrero Cruz añadió que este es un grave problema, y señaló que del ministerio no han salido sugerencias para contener esta inundación de productos extranjeros.
Ejemplificó que la solución puede ser ajustar el tema de los impuestos y estimular con esto a quienes se encadenen con las fábricas de producción nacional y traigan materia prima para producirlos en Cuba.
Sobre la Ley de Pesca, Manuel Sobrino Martínez, ministro de la Industria Alimentaria, significó que entre las principales dificultades que imposibilitan la implementación de esa legislación está que los actores que participan en la actividad refieren que la norma es inflexible, genera trabas y la visualizan como la principal causa de la escasez de productos pesqueros en nuestros mercados nacionales. También señaló el incumplimiento del programa de desarrollo acuícola, que contempla la acuicultura en agua dulce y el cultivo del camarón, por la falta de financiamiento y el déficit de combustible.
Sobrino Martínez aseguró que la principal dirección estratégica del sector es la producción de alimentos con destino a la población, por lo cual se trabaja en la contratación de las producciones agrícolas, en resolver las cadenas de impagos a los productores y en concretar los esquemas de financiamiento, entre otras cuestiones.
Declaró que, en comparación con 2021, las producciones de alimentos decrecieron en 208 721 toneladas de alimentos y bebidas, concentrándose principalmente esta baja en el yogur de soya, la harina de trigo, croquetas y conformados, camaronicultura, bebidas alcohólicas nacionales, refrescos y carne de cerdo.
Participaron también en la reunión Jorge Luis Tapia Fonseca, vice primer ministro, e Ydael Pérez Brito, ministro de la Agricultura.