El Partido como arma crítica ante lo mal hecho
Si algo distinguió a la asamblea de balance del Partido Comunista de Cuba en el municipio de Sancti Spíritus fue la capacidad crítica de los delegados. El Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidió este espacio con plena atención a lo que aportaba cada intervención.
Julio Luis Jiménez López, primer secretario del Comité Municipal del Partido en Sancti Spíritus, al abordar la panorámica del trabajo de la organización en el territorio, interrogó: ¿cuánto falta por exigir en los sectores de producción agropecuaria, cuánto más se debería hacer en las comunidades vulnerables?
Luego intervinieron varios delegados, haciendo énfasis en el desarrollo industrial, a través de la economía circular que favorece el autoabastecimiento, en la convocatoria a jóvenes militantes y no militantes, al trabajo articulado en las bases, al encadenamiento de la producción, a la recuperación del atraso en algunas empresas y sectores, a la capacitación para la batalla comunicacional, al reto ideológico en todos los ámbitos y a la misión de incorporar mejores cuadros a las comunidades.
La delegada Diana Zuleica Estévez expuso que, cuando el 6 de enero de 1959 entró la Caravana de la Libertad, Fidel dijo que Sancti Spíritus no podía ser una ciudad más. Y por lo expuesto, se constata que no lo es.
«Los comunistas espirituanos estamos reunidos, también, recordando a Lenin, en el aniversario de su fallecimiento: el hombre que hizo una Revolución socialista con el marxismo de vanguardia. La teoría marxista tiene que promoverse como educación política. Educar, no orientar. La misión es educar, para profundizar en el trabajo político e ideológico con los jóvenes», apuntó.
Jairo Alberto Pacheco, secretario del núcleo del Partido de la emisora Radio Vitral, expuso que la Revolución necesita comunicarse de una manera más efectiva, y las redes digitales demandan que los militantes comunistas estemos en ellas. Buscar la verdad de la Revolución en las cosas cotidianas, como dos ancianos leyendo el periódico en el parque de Sancti Spíritus. ¿Cuántas imágenes podemos sacar de ahí? Tranquilidad ciudadana, normalidad, esperanza de vida.
«Es necesario capacitar a los militantes que no entienden cómo se mueven los algoritmos. No puede ser solo compartir y retuitear, sino generar contenido. No se puede entender que una empresa no haga un comunicado en redes al día, cuando el propio Presidente del país, con tanto trabajo que tiene, se comunica con las audiencias.
«Fui el primer niño que se operó de retinosis pigmentaria en Sancti Spíritus y, gracias a eso, pude estudiar, y con lo poco que me queda de vista, hacerme máster en este país. Entonces hay que estar más pendientes, ser más eficaces. Es ahora. No luego.
«La comunicación social es vital y hay personas que aún no lo entienden. Es la forma de mostrar el tejido nuestro, y lo que no sea dicho por nosotros lo va a decir el enemigo. Si nuestra agenda pública no forma parte de nuestra cotidianidad, ¿a quién se la dejamos?».
Las palabras de la primera secretaria del Partido en la provincia, Deivy Pérez Martín, siguieron también la línea crítica: «Si la organización de base no es fuerte y no atiende a la comunidad, no podremos lograr los propósitos en el menor tiempo posible, en correspondencia con el radio de acción».
Dijo que el 8vo. Congreso del Partido pidió una transformación inmediata, y hay una necesidad de explotar nuestras potencialidades y nuestros conocimientos desde las herramientas que tenemos como organización.
Dinamizar la producción no puede hacerse en un buró, en una reunión, tiene que hacerse en el campo, en el surco, en las comunidades, en los centros científicos, afirmó.
«Si seguimos haciendo reuniones rutinarias que no analicen a fondo los problemas y los instrumentos de transformación con los que contamos, no podremos lograr los resultados que esperamos en la estabilidad económica y el funcionamiento de nuestra labor», concluyó.
El miembro del Buró Político y secretario de Organización y Política de Cuadros del Comité Central del Partido, Roberto Morales Ojeda, expresó que nuestro propósito es la lucha por la paz, la paz continuada de la Revolución, y para eso hay dos grandes retos: la batalla económica y la ideológica.
«¿Podemos hablar de fortalecimiento cuando hay una empresa que no ha implementado las nuevas medidas para hacer frente al bloqueo económico? ¿Podemos hablar de fortalecimiento en un centro educativo, cuando su proceso no está formando al hombre nuevo? ¿Podemos hablar de fortalecimiento, cuando un centro de servicio no lo está haciendo con la calidad que merece la población? ¿Podemos hablar de fortalecimiento, cuando no estamos incorporando a los jóvenes a participar y a militar? «Tenemos que repondernos estas preguntas para saber si estamos fortaleciendo la Revolución desde el trabajo del Partido», subrayó.
Al frente de los núcleos del Partido tienen que estar los mejores militantes –prosiguió Morales Ojeda–, no se seleccionan por la edad. «Buscamos a quien tenga responsabilidad y capacidades para fortalecer la estructura y la dirección a todos los niveles. Y el núcleo tiene que estar en el centro de la solución de los problemas: ¿cuáles son las principales preocupaciones de los militantes?, ¿cuáles son las preocupaciones de los obreros, del pueblo, para poder incidir en transformar esos problemas?», invitó a buscar las respuestas.
UN ESTILO DE TRABAJO QUE SALGA DE LA RUTINA
El Primer Secretario del Partido invitó a poner en contexto todos los análisis, a qué procesos nos estamos enfrentando y en qué condiciones. «Con todas las carencias que tenemos estamos manteniendo las conquistas de la Revolución, aunque el bloqueo económico nos esté apretando de una manera perversa. Está el bloqueo y la agresividad de la política hacia nosotros. También la COVID-19 nos ha dañado, pero le ha impuesto al mundo ver los fracasos del neoliberalismo, con una crisis multidimensional.
«Pero no hablemos solo de resistencia, sino de resistencia creativa. Resistimos esa agresión, pero creando más, más producción nacional, más perfeccionamiento; empresas con una adecuada dimensión, que no reaccionen a la ineficiencia subiendo los precios y dañando a la población; más abastecimiento, más control de precios, mayor encadenamiento productivo de todos los actores económicos desarrollados, uso de los presupuestos enfocado en los problemas de las localidades, y un aumento de las estrategias de comercio exterior.
«La transformación digital no es publicar en las redes sociales lo que hacemos, sino pensar y prever lo que vamos a hacer también para un fin digital. Debemos romper en ese espacio con la hegemonía cultural, informativa, mediática que quiere imponer el imperio, aunque tengan más ventaja, porque tienen la tecnología y los medios, pero nosotros tenemos los valores y las convicciones», señaló el mandatario.
Díaz-Canel hizo énfasis en la importancia del ejercicio legislativo y participativo respecto al Código de las Familias.
«No es un Código que niega el tipo de familia que cada cual quiere tener, sino un código inclusivo, moderno, que reconoce nuevas formas de familia y nuevos derechos. Y sobre ese proceso el enemigo tiene puesto los cañones, porque quiere fracturar la unidad. Este Código es un homenaje al trabajo de Fidel, Raúl y Vilma, y es leal al concepto de Revolución.
«¿Cómo logramos que la diferencia temporal que hay entre las generaciones no se convierta en una distancia ideológica?
«Pues hay que trabajar con los jóvenes, darles participación y escucharlos como las tan importantes personas que son dentro de nuestra sociedad, pero con un estilo de trabajo que sea nuevo, que se salga de la rutina», puntualizó.
Además, se refirió a la participación popular, al poder político en manos del pueblo.
«Cuando surge una idea que se quiere implementar yo siempre pregunto: ¿Ya contaron con la gente, ya le pidieron opiniones a la gente, ya sumaron a la gente? ¿Cómo vamos a lograr que nos apoye la gente cuando no la incluimos antes en nuestros propósitos?
«En las manos de nosotros está la capacidad para transformarnos en el menor tiempo posible y lograr la prosperidad que queremos, para que las personas sientan que su proyecto de vida pueda desarrollarse en el barrio, en su centro de trabajo y dentro de la Revolución.
«Hay que adentrarse en cómo hacer política. Concentrarnos en cuáles son las contradicciones, cuáles son sus causas, y desde una posición ética encontrarles la solución. Cuando no actuamos sobre las causas, lo que hacemos es poner un parche y el problema sigue, porque el parche se cae.
«Para ello hay que revitalizar el concepto de poder popular que nos legó Fidel, para profundizar en la democracia socialista. Están nuestros espacios tradicionales, pero hay que buscar nuevos espacios. «Todos los dirigentes tienen que rendir cuenta y no pueden esperar complacencia. Necesitamos que el pueblo participe, dialogue, proponga, critique», concluyó.