Diana sin chasis ni parabrisas
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Desde 2012, la Empresa Productora de Ómnibus Evelio Prieto Guillama (Caisa), rueda por toda Cuba con la marca Diana, y justo fue el diseño y la producción de 350 ómnibus de este tipo, en tiempo récord, lo que atrajo -hasta sus más de 500 trabajadores (en aquel entonces)- la Bandera de Proeza Laboral, el 16 de septiembre de 2016.
Sin embargo poco después, en aquella gran parcela, próxima a Cuatro Caminos, en la intercección del acceso a la Autopista Habana-Pinar y la Carretera Central en el municipio de Guanajay, merma el ruido debido a la poca actividad de su colectivo, a pesar de haberse reinventado para no cerrar puertas.
Quienes llevan tiempo entre ómnibus e intentos de paliar la compleja situación del transporte popular, no se han quedado inmóviles ante la creciente crisis económica internacional, las dificultades con proveedores, las deudas y la falta de financiamiento para nuevas producciones, trabas que casi cerraron el ensamblaje de ómnibus.
Enero 2025 llega con el oxígeno suficiente para no desestimar la inteligencia colectiva, pues Diana, esa marca que les hizo conocerse por toda Cuba, volverá a andar, pero ahora con solo dos ruedas, tras un nuevo diseño de motos engendrado en Caisa.
Nave adentro motos Diana
Rosalina Ibáñez Hernández, jefa de taller, con 36 años en la entidad, quien tiene en sus hombros la nueva producción, da certezas de que está en almacén, desde inicios del año, un primer envío de motos en sus embalajes, en tanto, los operarios se familiarizan con los procederes, para dar la arrancada del proceso en febrero.
“El compromiso es ensamblar 20 motos diarias, y anualmente los números crecerán hasta unas 1 000, según lo contratado con el proveedor”, refiere, en tanto conocimos que la venta se prevé a través de la Empresa Comercializadora Divep, con posibilidad de llegar a todas las provincias cubanas.
Ibáñez Hernández, entendida sobre todo en materia de ómnibus, refiere que en esta nueva producción trabajará con su colectivo, proveniente del Taller de Plástico Reforzado con Fibras de Vidrio, sin quehaceres por falta de materias primas. Son seis operarios, uno dedicado al almacén y el especialista de Control de la Calidad.
Les corresponde desembalar primero y luego iniciar el ensamblaje previsto en tres procesos productivos: el montaje de gomas, guardafangos y demás accesorios, el acople de parrillas, frenos y otros aditamentos…, y al finalizar, la prueba de rodaje.
Ya entre una y otra moto Diana, rojas, azules, negras y blancas, Yurizán Collazo Salgado coloca patas de freno, descansa pies y ensambla tubos de escape. En siete años en la empresa, su tarea ha sido fabricar piezas de ómnibus, arco de ruedas, culatas, techos….
“Este ensamblaje es mucho más fácil, lo considero una producción muy a tono con los tiempos, y económica, con muy buen rendimiento, unos 50 kilómetros por litro de combustible”, alega el joven que en Caisa le sigue los pasos a su madre, también trabajadora de la entidad.
“A pesar de los bajos salarios, 2 600 mensualmente salvo cuando hay producción continua que pagan a destajo, me motiva el crecimiento profesional dentro del colectivo. Entré sin estudios afines con esta labor”, revela.
Contiguo a él, otras manos más conocedoras de los altos y bajos de la Productora de Ómnibus, prensan otros tonillos.
Roberto Diversein Sánchez, siempre ha sido carrocero, y con 32 años de experiencia ha visto en los talleres de su entidad, guaguas Yutong, Diana, Paz, articulados, y cuantos vehículos ruedan ensamblados en este pedacito de la geografía artemiseña; sin embargo, reconoce que este producto tiene un mercado bonito, y le augura buena aceptación.
Más que ómnibus, ser útiles
Las 43 medidas para darle mayor autonomía a la empresa estatal socialista, son más que oxígeno, solución para tomarle el pulso a la inteligencia colectiva y poner manos a la obra en busca de nuevos resultados económicos.
¡Es cierto!, Caisa no cumplió su objeto social en 2024, planificaron solo cinco ómnibus Diana y cumplieron con uno, tras dificultades con la importación de partes y piezas, explica Iosvany Frías Álvarez, director general de la Evelio Prieto.
“Mas, nadie fue a casa sin el sustento a su familia, aunque el colectivo si es menor, dada la competencia con entidades cercanas, sobre todo de la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM).
“Crecimos en otros niveles de actividad, hasta cerrar las utilidades a un 27 293 MP, el 87,4 % de lo previsto, con 435 servicios de reparación, además de los vinculados a la Terminal de Contenedores de la ZEDM, por lo cual ingresamos en moneda libremente convertible, necesaria para dinamizar la economía”.
Entre las labores que han sido capaces de diversificar, reseñan producciones de todo tipo: fogones para usar con carbón, hornos, baños portátiles, vagones, carretillas, vallas y carteles, cercas perimetrales, y para centros de salud bancadas, camas, mesitas…, ventas de recursos ociosos y de lento movimiento, siendo aliciente para los bolsillos.
“No había conciencia de “cuánto más podíamos transformar las rutinas y encadenarnos con otros actores económicos, en pos de crecer en ingresos, gastar menos y generar más.
“Aunque nos lacere el no fabricar ómnibus Diana, sí trabajamos con la Empresa de Transporte de La Habana para reparar 100 guaguas, 81 de estas, ya en nuestros talleres en diferentes operaciones, tanto las 60 de tipo rígidas como los 21 articulados, asegura Elizabeth Márquez Méndez, directora de Operaciones, en Caisa.
“Intervenimos en el proceso de desarme mecánico, chapistería, en el resto hasta la pintura, y no sin antes certificar el ensamblaje de sus partes y piezas, convenidos con China”.
El huracán Rafael del 6 de noviembre de 2024 dejó huellas estimables en cubiertas, paredes y puertas de las naves de producción, mas no hubo tiempo para lamentos.
Aquí, poco a poco, según las necesidades de los niveles de actividad, se rescatan, al menos donde se trabaja el desembalaje y ensamble de la actual producción de motos chinas, pues, si de algo no hay dudas, es que Diana volverá a rodar por toda Cuba.