Cuba acude a la III Cumbre CELAC-UE con un espíritu constructivo

Tras ocho años de celebrada la última Cumbre entre los líderes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y de la Unión Europea (UE), los días 17 y 18 de julio se celebra en Bruselas, Bélgica, la III Cumbre de jefes de Estado y Gobierno de ambos bloques regionales.

La delegación oficial cubana que llega a la cita, encabezada por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, defiende la visión de hacer de este nuevo encuentro un espacio de diálogo serio, participativo y plural, a partir del cual sea posible identificar soluciones que permitan enfrentar de manera conjunta, y a pesar de las diferencias, los disímiles retos que tenemos por delante.

Igualdad, respeto y beneficio mutuo son principios que han defendido los países latinoamericanos y caribeños desde que tuvo lugar el primer encuentro entre las dos regiones, en el año 1999, en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, a la cual en nombre de Cuba asistió el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

No obstante, fue en enero de 2013, en Santiago de Chile, donde se celebró la I Cumbre CELAC-UE, siendo esta la primera ocasión en que ambas partes estuvieron representadas por organizaciones específicas y propias. Al frente de la delegación cubana que acudió a esa cita llegó el General de Ejército Raúl Castro Ruz, quien era entonces Presidente de los Consejos de Estados y de Ministros.

Dos años después, el propio Miguel Díaz-Canel Bermúdez, desde su condición de Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, arribó a Bruselas para participar en la II de estas cumbres, a la cual consideró como un espacio para “revisar y proponernos qué alcanzar y cómo perfeccionar esta relación birregional”, donde “cada vez las asimetrías son mayores”.

A propósito del desarrollo de esta III Cumbre, a la cual Cuba asiste, como dijera en recientes declaraciones el Canciller Bruno Rodríguez Parrilla, “con espíritu constructivo” y dispuesta a contribuir “en todo lo posible a fortalecer, sobre bases de igualdad y respeto mutuo, el diálogo y la cooperación entre la CELAC y la Unión Europea”, el equipo de prensa de la Presidencia de la República conversó con Rodolfo Benítez Verson, director general de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Durante el diálogo el experto comentó acerca de asimetrías y retos para fortalecer la relación entre ambos bloques; aportes que han dejado estas citas; así como los principios que defenderá la Mayor de la Antillas en esta ocasión y que definen la posición de respeto e igualdad que hemos respaldado en todos los escenarios de diálogo.

Más allá de diferencias, promover diálogo entre iguales

Prevista originalmente para el año 2017, en el Salvador, la III Cumbre se realiza seis años después de lo pactado. Las causas fundamentales, explicó el Director General de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores, estuvieron dadas como consecuencias de “las posiciones extremistas y politizadas de un grupo de países del bloque europeo que se negaban a reconocer gobiernos popularmente electos de América Latina y el Caribe.

“Y es así como se inicia un periodo de desconexión entre las dos regiones, a partir de la decisión de la Unión Europea de ignorar a la CELAC”.

Afortunadamente, subrayó, la “Unión Europea ha reconsiderado esa posición, reconociendo a la CELAC como legítima interlocutora de nuestra región” y reanudando el diálogo al máximo nivel con la realización de esta nueva Cumbre.

Más allá de las diferencias que lógicamente existen entre los estados miembros de los dos bloques, que “venimos de visiones diferentes, de niveles diferentes, sin dudas hay cuestiones que nos unen”, aseveró.

Al hacer referencia a este mecanismo de intercambios, Benítez Verson destacó que “ha sido concebido básicamente para trabajar en tres dimensiones principales: el diálogo político de alto nivel; el desarrollo de las relaciones económicas y comerciales; así como la cooperación”.

En estos momentos, detalló, estamos “trabajando sobre la base de un Plan de Acción birregional, con 148 acciones de corto, mediano y largo plazos, en diez áreas estratégicas que incluyen temas de interés común como por ejemplo la ciencia, la tecnología, la innovación, el comercio, la energía, el cambio climático, entre otros”.

De acuerdo con el Embajador cubano, “los resultados que se han estado obteniendo a partir de la aplicación de ese Plan hasta el momento han sido discretos, e incluso me atrevería a decir, que ha habido ciertos retrocesos en los últimos años”.

Muestra de ello podría considerarse incluso la manera en que se ha tratado de organizar este evento, y que fue denunciada el pasado 10 de julio por el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, quien aseguró entonces que la “falta de transparencia y la conducta manipuladora de la Unión Europea en la preparación de la Cumbre ponen en serio riesgo el éxito de la reunión”.

En tal sentido, el Director General de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional de la Cancillería argumentó que en la Cumbre se “están tratando de imponer formatos no amplios, que no posibilitan un debate general franco, transparente y honesto entre las diferentes delegaciones”.

Además, abundó, la “Unión Europea también ha estado organizando de manera unilateral los foros paralelos a la Cumbre, e incluso decidiendo sin consulta cuáles son los representantes de América Latina y el Caribe que pueden ser invitados a estos espacios”. De concretarse esos propósitos, aseveró, se crearían condiciones para convertir estos foros en “un espacio de crítica y de singularización contra determinados estados miembros de la CELAC; si esto ocurriera, sin dudas tendría consecuencias importantes para el éxito de la Cumbre”.

Pero eso, estamos seguros, enfatizó, “no va a tener éxito en Bruselas”; el ascenso en América Latina y el Caribe de gobiernos progresistas, hace que exista una correlación de fuerzas más favorable para nuestros pueblos, teniendo en cuenta además que “la CELAC en este momento está más consolidada que nunca” como interlocutor de Nuestra América.

Cuba y su compromiso con el diálogo

Desde su visión profunda y muy abarcadora sobre las relaciones internacionales y políticas en el mundo, Benítez Verson recordó que “cuando en 1999 acordamos establecer una asociación estratégica hubo grandes expectativas”, pero a la altura del actual contexto, cualquier “evaluación seria” inevitablemente “tendría que concluir que la relación birregional está en un momento insatisfactorio”.

Y como argumento para sus ideas, expresó que “la realidad es que América Latina y el Caribe no ha sido una prioridad en la agenda de la Unión Europea. La relación ha sido descuidada, se ha dado por sentada, y más allá de las declaraciones, de los discursos, y por supuesto de los sueños, la realidad es que esa asociación estratégica no existe en este momento.

“Nosotros pensamos que más allá de las diferencias, no solo se puede, sino que además se debe construir una relación mejor entre América Latina y el Caribe y Europa, y esta Cumbre nos ofrece la posibilidad de avanzar hacia una relación más justa, más equilibrada, más solidaria y más cooperativa”.

De ahí el “espíritu constructivo” con el que Cuba acude a esta cita, “con total compromiso de contribuir, en todo lo posible, a fortalecer el diálogo y la cooperación entre la CELAC y la Unión Europea, sobre bases de igualdad y de respeto”.

Nosotros traemos a esta Cumbre lecciones duras que se aprendieron durante la pandemia de la COVID-19 -dijo el experto- , pues si bien “hubo ejemplos importantes de gestos nobles y solidarios, lo cierto es que durante la pandemia predominaron el egoísmo, la competencia feroz y el afán de lucro, en cuanto al acaparamiento de vacunas y equipos médicos imprescindibles.

“Ello demostró que en tiempos duros América Latina y el Caribe no recibió de muchas naciones ricas, incluyendo países de la Unión Europea, la debida mirada solidaria”.

Por otro lado, el diplomático cubano destacó que la Mayor de las Antillas defenderá en la cita el “llamado a trabajar en proyectos de cooperación sobre áreas estratégicas de interés común, incluyendo las relacionadas con la seguridad alimentaria, la energía, la digitalización, el enfrentamiento al cambio climático y otras. También vamos a promover nuestras relaciones comerciales y las inversiones, poniendo mayor énfasis en el desarrollo”.

A agradecer también llega Cuba a este encuentro, porque los países de ambas regiones, aseguró, han mantenido una “posición de rechazo y condena al criminal bloqueo impuesto por Estados Unidos contra Cuba”, así como a la “fraudulenta inclusión en la unilateral lista de naciones supuestamente copatrocinadoras del terrorismo, elaborada por el Departamento de Estado”.

Por eso también en Bruselas, dijo, la delegación cubana “viene a enfatizar en la necesidad de que contemos con mayores espacios para conversar, para intercambiar, para discutir de manera respetuosa nuestras discrepancias y para entendernos mejor”.

Se trata de una necesidad a la cual también Cuba estará dando respaldo en la Cumbre de los Pueblos, que de manera paralela a la III Cumbre de la CELAC unirá a movimientos políticos y sociales comprometidos con la construcción de un modelo alternativo de desarrollo en ambos lados del Atlántico.

Este, consideró Benítez Verson, es un “ejercicio muy importante, porque constituye también un mecanismo de presión para dar visibilidad a las mejores posiciones que defienden grandes mayorías, muchas veces marginadas en sus países.

“Como contribución a ese importante evento, un grupo de representantes de organizaciones de la sociedad civil cubana estará participando y contribuyendo a ese debate plural que tanto necesitamos”.

Las jornadas en Bruselas constituyen una gran oportunidad para lograr el necesario diálogo entre iguales que debe existir entre nuestras regiones. Y Cuba, ratificó el Director General de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores, acude a esta cita tratando de contribuir en todo lo posible a su éxito.