Compacto Caribe: Cuando un colectivo no se encartona
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En honor a la verdad no son dos, sino otras muchas concepciones las que estos trabajadores de la industria ligera ponen en práctica a cada instante, pues tienen el convencimiento de que en todo momento hay que intentar salvar la empresa. “Si nos guiamos por los problemas no podríamos trabajar, pues sobran las justificaciones para no producir”, agregó el experimentado gerente, quien con solo 28 años ya era capaz de dirigir uno de los poligráficos enclavados en la provincia de Santiago de Cuba.
Paguen o no paguen
“Nosotros fabricamos cajas de cartón corrugado para muy disímiles clientes. Si incumplimos las que deben envasar productos para las hemodiálisis, ¿qué pasaría entonces en los hospitales? —pregunta Ramón—. ¿Y si son de las fabricadas en Santiago de Cuba para empaquetar sueros?”, inquiere, sabedor de la respuesta.
“Son definiciones, y todos, incluida la parte extranjera, tenemos muy claros esos asuntos. Sabemos que hay envases con los que siempre hay que cumplir, aunque pertenezcan a entidades que nos deban dinero”.
Compacto Caribe está conformada por tres fábricas: la de la calle Perla —casa matriz—, bien cerca del Centro de Entrenamiento de Alto Rendimiento Cerro Pelado en La Habana; la de Santiago de Cuba, también destinada a los envases de cartón; y la de Palma Soriano, dedicada a envases de cartulina para medicamentos, principalmente.
La entidad, sede el pasado sábado de los actos nacionales por el Día del Trabajador de la Industria Ligera, resultó la más integral de ese sector durante el 2024, pero a decir del gerente general, lleva 10 años con igual eficiencia, sin incumplir ningún plan ni objetivo.
“El año 2024 no fue diferente a los de la última década. Laboramos con igual ritmo y lo único que no hemos logrado es volver a crecer y alcanzar los niveles productivos del 2019, nuestro mejor año”, dijo.
El propósito, aunque loable, parece poco probable de materializar, pues el quehacer de Compacto Caribe depende de la demanda de la economía nacional, muy afectada hoy y con niveles de envases muy inferiores a los del citado 2019.
El gran decrecimiento del consumo de envases se manifiesta en el camarón, la langosta, BioCubaFarma, y la industria alimentaria, a la que se dirige el 50 % de todo lo que produce esta empresa.
Por ejemplo, La Estancia consumía 10 millones de cajas para sus jugos y no llegan a 1 millón, mientras BioCubaFarma demandaba 4 millones de envases corrugados y hoy tampoco alcanza el millón.
A pesar de ello, en el 2024 pudieron cumplir sus planes de venta, de producción y las exportaciones certificaron los sistemas contables y los integrados de calidad, y el ingreso promedio mensual para sus 230 trabajadores ascendió a 20 mil pesos, a lo que se sumó un positivo nivel de atención en el aseo y la alimentación.
Compacto Caribe, empresa mixta con una entidad española, cumplió en el pasado mes de enero 25 años de fundada y produjo entonces 530 millones de pesos, 120 millones menos que en el 2019.
De hecho, si en el 2019 el país importaba casi 28 millones de cajas para distintos sectores, en el 2024 las cifras solo reportaban 2 millones, indicativo de que les quedan muy pocos nichos por satisfacer.
Sobre los aspectos aún por superar, el colectivo tiene definidos sus puntos débiles: “Estamos insatisfechos con la calidad de los envases, algo condicionado por la calidad del papel que utilizamos y por mal trabajo nuestro. Además, nos golpea mucho la fluctuación laboral, fundamentalmente en Palma Soriano y Santiago de Cuba”. ¿Principales fortalezas?, indagué: “La disciplina y el esfuerzo de los trabajadores”.