A 70 años de la primera Marcha de las Antorchas que bajó la escalinata
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La primera Marcha de las Antorchas de los estudiantes universitarios bajó la escalinata de la Universidad de La Habana hasta la Fragua Martiana la medianoche del 27 de enero de 1953 para esperar el advenimiento del centenario del natalicio del Apóstol, y dentro de ella venía una columna de 300 hombres comandados por Fidel.
En el libro Fidel Castro Ruz Guerrillero del Tiempo, el líder de la Revolución Cubana relata a la periodista y escritora Katiuska Blanco, que decidieron movilizar hace 70 años a 300 hombres de los 1 200 que habían reclutado, una selección de los cuales serían ese año los asaltantes al Cuartel Moncada, de Santiago de Cuba, y al cuartel Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo.
«Allí los organizamos en grupos de tres, conformando una columna larga que llegó desde el primer peldaño de la escalinata hasta arriba. Íbamos sin armas, pero bien estructurados en una columna sólida, decidida. Era la única fuerza organizada esa noche allí. Aquel día se produjo una demostración de pujanza necesaria, incluso para nuestra propia gente, que apreciaron su propia fuerza», relató Fidel.
Hace siete décadas, esa misma Generación del Centenario de la marcha de las antorchas, rindió el 25 de julio de 1953 el mayor homenaje a nuestro José Martí con el ataque a los cuarteles en Santiago de Cuba y Bayamo, embrión de lo que luego serían las epopeyas del desembarco del Granma y del Ejército Rebelde.
Coincidía entonces el centenario del natalicio del Héroe Nacional con una de las etapas más dramáticas de la vida cubana.
Los crímenes cometidos por la usurpadora tiranía batistiana y la persecución a los jóvenes que estaban dispuestos a cambiar el rumbo político de la Isla, se hacían cada vez más insoportables.
Frente a las injusticias de la tiranía, la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y otras organizaciones sociales comenzaron a crear condiciones para rendir tributo a un hombre, que supo entregar su vida en la manigua por la libertad de Cuba.
Es entonces que un grupo de jóvenes dirigentes estudiantiles, entre los cuales se encontraban Flavio Bravo, Léster Rodríguez, Conchita Portela y Alfredo Guevara, organizan sus ideas para esperar aquel 28 de enero.
Alfredo Guevara sugirió que podía ser un desfile con antorchas desde la Universidad hasta la Fragua Martiana. La iniciativa prendió enseguida en el grupo, la discutieron con más amplitud, y Alfredo opinó que la proposición debía hacerla una mujer para darle un sentido más emotivo. Conchita Portela era vicepresidenta de la Escuela de Pedagogía y fue la indicada para hacerla en la reunión del Ejecutivo de la FEU, presidido en esos momentos por Joaquín Peláez. Cuando se planteó la idea fue unánimemente aceptada.
La tiranía de Batista se negó a concederles el permiso a los jóvenes para que efectuaran la actividad.
Sin embargo, la negación no logró que se acobardaran, sino que siguieron con sus propósitos y convirtieron las antorchas también en armas de defensa, colocándoles clavos, por si eran agredidos por los esbirros batistianos.
El desfile en honor al Maestro no fue interrumpido por soldados o la policía, y todos los medios de prensa tuvieron que reconocer el gran homenaje.
Ese 27 de enero de 1953 partió la imponente Marcha de las Antorchas desde la escalinata hacia la Fragua Martiana, bajaron por San Lázaro hasta las calles 27 y Hospital.
A la cabeza del desfile, una bandera cubana llevada por mujeres universitarias y de la segunda enseñanza. Detrás de la bandera, el ejecutivo en pleno de la FEU.
Las mujeres iban cogidas del brazo al frente de una multitud iluminada por las antorchas. Pero, lo impactante era el grupo de 300 jóvenes perfectamente formados, que iban detrás de Fidel. Su disciplina era impecable.
Cuando comenzaron a corear los gritos de: ¡Revolución!, ¡Revolución!, sobresalían las voces del grupo que seguía a Fidel como un torrente atronador, que hizo vibrar la calle e impresionar a un pueblo que a ambos lados también rendía tributo en su centenario al autor de La Edad de Oro.
El resumen lo hizo el entonces presidente de la FEU, Joaquín Peláez, quien se refirió a la significación del acto con que comenzaba la celebración del centenario martiano, y terminó su arenga pronunciando «...por esto resulta lógico que el estudiantado, la juventud toda, combata con todas sus fuerzas a la dictadura que nos oprime».
Desde entonces, cada año los jóvenes universitarios realizan el patriótico ritual, que hace 70 años inició la Generación Histórica que hizo la Revolución para no permitir que el Apóstol de la Independencia de Cuba muriese en el año de su centenario. Cada aniversario de la Marcha de las Antorchas constituye una muestra del apoyo del estudiantado a la Revolución.
El aniversario 170 del natalicio de José Martí es recordado por todos los cubanos que, frente a las dificultades impuestas por el férreo bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de Estados Unidos hace más de seis décadas, y acrecentado a niveles como nunca antes durante el brote de la pandemia mundial de COVID-19, continúan firmes en la batalla por convertir en realidad los sueños revolucionarios martianos y fidelistas.