La idea pensada para la formación del niño y la emancipación de la mujer
- La idea pensada para la formación del niño y la emancipación de la mujer
Por Yenia Silva Correa.
Cuando se anunció el cierre de escuelas y universidades como parte de las acciones para contener la propagación de la covid-19 en nuestro país, se explicó que los círculos infantiles continuarían funcionando.
La razón para mantenerlos abiertos estaba plenamente justificada: un número considerable de madres se desempeñan en actividades fundamentales y precisan de este servicio.
Justo por estos días hemos visto a esas madres imprescindibles, mujeres integradas a la sociedad, que visten batas blancas, uniformes verde olivo, que trabajan en comercios, en la gastronomía o en las más disímiles funciones, asumiendo sus responsabilidades mientras sus hijos son atendidos.
Al respecto, Alejandro Gil Fernández, viceprimer ministro, titular de Economía y Planificación y quien está al frente del grupo de trabajo temporal encargado de presentar las medidas para fortalecer el enfrentamiento al nuevo coronavirus, informó que de los 1 085 círculos infantiles que existen en el país, se mantienen funcionando 444, con un mínimo de personal para que la afectación económica sea menor.
«A ellos continúan asistiendo alrededor de 2 000 niños, hijos de madres y padres que trabajan fundamentalmente en Salud Pública, el Ministerio del Interior, Comercio y el sistema bancario. Esa cifra, precisó, ha ido disminuyendo, sobre lo cual se mantiene un monitoreo constante», puntualizó.
El Viceprimer Ministro recordó que se extendió para las madres o padres con niños en círculos infantiles, la decisión tomada antes para los que tienen hijos en escuelas primarias, relacionada con el respaldo del 100 % del salario en el primer mes y el 60 % en el segundo.
Vilma Espín, heroína de la Sierra Maestra y del llano, y fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) –de la que fuera presidenta hasta su fallecimiento el 18 de junio de 2007–, condujo la materialización de la idea de Fidel de crear centros para favorecer la integración plena de la mujer a la sociedad, y desempeñar un importante papel en la formación de los niños desde las edades más tempranas.
Precisamente el 10 de abril de 1961, hace 59 años, fueron abiertos oficialmente los tres primeros círculos infantiles en Cuba: el Camilo Cienfuegos, el Ciro Frías y el Fulgencio Oroz en La Habana, aledaños a barrios pobres e insalubres, justamente una semana antes de la invasión mercenaria a Playa Girón.
Con los años, se hizo habitual ver estas instituciones en pueblos y ciudades, el ritual de lágrimas y besos en la puerta de los que van por primera vez, los juegos de los más creciditos, y la nostalgia de quienes, ya siendo padres, llevan a sus hijos al mismo círculo en que estuvieron de niños.
Por eso, cuando el país reprogramó las actividades, reajustó los calendarios docentes y puso todos sus recursos en función de contener la covid-19, los círculos infantiles demostraron, una vez más, su valía. Artículo tomado del periódico Granma Digital.

