Es bello ser comunista, aunque cause dolores de cabeza.
- Es bello ser comunista, aunque cause dolores de cabeza.
Marx describió a la sociedad comunista como una asociación de individuos libres: «La única sociedad en la cual el libre desarrollo de los individuos deja de ser una mera frase»5, en el comunismo, el libre desarrollo de cada uno será la condición para el libre desarrollo de todos.
l socialismo se parece al hombre, tanto como el fascismo es la negación del hombre. El socialismo es «el camino» no exento de errores al comunismo, es una vía de justicia llena de obstáculos, marcada por retos, retrocesos y avances. «En la construcción socialista planificamos el dolor de cabeza lo cual no lo hace escasear, sino todo lo contrario. El comunismo será, entre otras cosas, una aspirina del tamaño del sol».1
El capitalismo pretende sembrar la falta de fe en el ser humano, exalta el cinismo, el ego reverenciado, como definió Ayn Rand al hombre ideal del capitalismo: «Mientras el creador es egoísta e inteligente, el altruista es un imbécil que no piensa, no siente, no juzga, no actúa».2
Previo a la Revolución Francesa se dio en Europa una profunda batalla de ideas, anterior a los alzamientos revolucionarios una nueva forma de ver el mundo se abrió camino. La Ilustración sembró la semilla que propició la Revolución. Se fue creando un consenso en toda Europa, surgió una internacional espiritual burguesa. «Toda Revolución ha sido precedida por un intenso trabajo de crítica, de penetración cultural, de permeación de ideas».3
Si nuestra forma de ver el mundo está marcada por la axiología del capitalismo, si nuestro principio básico sigue siendo tener a toda costa por encima del ser, si el egoísmo es el signo que mueve nuestras vidas, si vemos la miseria como una especie de fatalismo y la sociedad dividida en clases como algo natural e inmutable, si no tenemos fe en el ser humano y en su capacidad de entrega, en su altruismo, ¿de qué hablamos?
No es con los misiles, no es con ejércitos, no es con fuerzas policiales solamente con lo que los poderosos garantizan el dominio, las defensas del capital están en el inconsciente de los individuos y son más poderosas que el arma más moderna desarrollada por el complejo militar industrial. Ellas hacen que los dominados actúen en contra de sus intereses y defiendan gobiernos que los avasallan. Es difícil liberarse del sueño narcótico del consumo y del individualismo atroz
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