De lo que se haga a tiempo depende la próxima zafra
- De lo que se haga a tiempo depende la próxima zafra
Autor: Juan Antonio Borrego y Freddy Pérez Cabrera.
En esta hora de serias limitaciones materiales y financieras, el país necesita, como nunca antes, de los trabajadores azucareros: de su proverbial capacidad para sobreponerse a todo tipo de dificultades y ofrecer una respuesta productiva, en azúcar y sus derivados, que sume ingresos vitales a la economía nacional.
Esa necesaria reacción no admite espera, es para ahora, para el propio mes que transcurre, en que deben asumirse, de manera simultánea, tareas impostergables relacionadas con el alistamiento de los cañaverales y la reparación de los centrales de cara a la ya cercana zafra azucarera 2020-2021.
Junto a los trabajos más perentorios, se impone también en cada colectivo agrícola o fabril el análisis crítico de las insuficiencias y los desaciertos de la campaña anterior, para evitar nefastas repeticiones de problemas, que luego se traducen en precioso tiempo perdido, en baja eficiencia y, por ende, en menos azúcar.
Un acercamiento al sector en varias de las provincias de mayor peso permitió apreciar la necesidad de «apretarle el pie al acelerador», sin mermar la calidad, a la atención de los retoños, la siembra de caña y la puesta de alta de los ingenios y equipos que participarán en las operaciones de zafra.
ASEGURAR, DESDE AHORA, UNA ARRANCADA A TIEMPO
Si bien para ajustarse a las cifras comprometidas, las unidades cañeras de Camagüey deben sembrar, de conjunto, entre 90 y cien hectáreas diarias en agosto, se sabe que ello demandará de un esfuerzo adicional en lo que a organización, planificación y oportuna movilización de las fuerzas respecta.
Así lo reconoció el ingeniero Lázaro Álvarez Padilla, director de la Empresa Azucarera, persuadido también, en una provincia aquejada por los bajos rendimientos cañeros, de la necesidad de acelerar la atención integral de los retoños, sobre todo a través del deshierbe manual ante la falta de herbicidas y fertilizantes.
Disponer de la materia prima necesaria constituye el primer paso de una larga cadena que debe funcionar como un reloj para alimentar a los cuatro centrales (Siboney, Panamá, Carlos Manuel de Céspedes y Batalla de Las Guásimas), que está previsto entren en operaciones de manera escalonada desde finales de noviembre.
Según los expertos, el «Céspedes» es el más comprometido por la cantidad de reparaciones a realizar, aunque el «Batalla…» es el que preocupa a todos por su deficiente desempeño en las campañas anteriores, situación que urge transformar dado el peso de ese ingenio en el volumen de azúcar a elaborar por la provincia.
«Lo importante, comentó Álvarez Padilla, es preverlo todo y establecer un riguroso sistema de seguimiento que permita detectar a tiempo cualquier inconveniente, pues muchos de los tropiezos de la zafra pasada tuvieron que ver, más que con limitaciones de recursos, con falta de organización y de exigencia».
Es por ello que las prioridades se centran, desde ahora, en asegurar reparaciones de calidad, que garanticen la arrancada en fecha de los centrales, luego trabajar para ajustarse al cronograma de zafra e impedir que se extienda más allá de abril, cuando las lluvias todo lo desorganizan y hacen incosteable cualquier esfuerzo.
Todo dependerá, entonces, del actuar de los hombres, desde el más alto directivo hasta el último de los obreros y campesinos, pues si bien de campaña en campaña ocurren imponderables, mucho aportan a la causa, y casi deciden, la disciplina laboral y tecnológica, la sensatez, la vergüenza y el compromiso colectivo. Ver más en periódico Granma Digital.

