Para Ruanda, Cuba es un ejemplo de resiliencia y amistad
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Kigali, Ruanda.–Cuba constituye un ejemplo de resiliencia para nosotros, y contará siempre con la amistad y el apoyo de los países africanos, que sentimos su cercanía, aseguró este lunes el presidente ruandés, Paul Kagame, al recibir al miembro del Buró Político y vicepresidente de la República de Cuba, Salvador Valdés Mesa, a quien le manifestó el interés de su nación en fortalecer los nexos con la Mayor de las Antillas.
El visitante compartió «la satisfacción por el impulso que han tenido los vínculos económico-comerciales entre ambas naciones, los cuales pueden llegar a un momento superior, sobre la base del interés mutuo».
De manera especial, agradeció el apoyo que brinda Ruanda a nuestra lucha contra el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de Estados Unidos, tanto en el contexto de las Naciones Unidas como en la Unión Africana.
El Vicepresidente fue recibido también por el primer ministro, Édouard Ngirente, y por Kalinda Francois Xavier, presidente del Senado.
UN LUGAR DE REFLEXIÓN, SANACIÓN Y RECONCILIACIÓN
Aurore tenía dos años en 1994 y fue enterrada viva en la cripta de una iglesia. Su enorme fotografía, que muestra a una niña llena de alegría e inocencia, es una de las que más duele en el Memorial del Genocidio de Kigali, que cuenta un triste pasaje de la historia de esta nación africana.
A rendir honores, en nombre del pueblo y del Gobierno de Cuba, a las víctimas de uno de los más grandes genocidios étnicos conocidos, llegó allí en la mañana de este lunes el miembro del Buró Político y vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, en la primera actividad oficial como parte de su visita a Ruanda.
Se estima que más de un millón de personas perdieron la vida en apenas cien días, una barbarie que llenó de dolor y de cadáveres cada rincón de esta tierra, ubicada en el corazón de África.
Kwibuka: «para no olvidar». Es esa la traducción exacta de la palabra que se repite en las paredes del lugar en que reposan los restos de unas 250 000 víctimas de aquellos hechos tremendos. Ante ellos, el tributo del Vicepresidente cubano, el minuto de silencio, la ofrenda de rosas blancas…
Acompañado por el ministro de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional ruandés, Vincent Biruta, Valdés Mesa recorrió las salas del lugar, uno de los tantos que existen en el país de las mil colinas, para que nunca se olvide cuánta crueldad puede reinar cuando se pierde la identidad de un pueblo.
Cientos de años de ideas, cultura, tradiciones religiosas e identidad comunes que distinguían a los principales grupos étnicos de Ruanda, los tutsi y los hutu, empezaron a fragmentarse cuando inició en este país la colonización belga. Ruanda comenzó a perder su identidad y se fomentaron cada vez más diferencias entre ambas etnias, sentándose así las bases del genocidio tutsi que años después se llevaría a cabo.
El asesinato del presidente ruandés, Juvenal Habyarimana, cuyo avión fue derribado en 1994, fue la punta de lanza empleada entonces para dar pie al genocidio y la limpieza étnica que perpetraron los hutu contra los tutsi.
Muy pocos lugares del país escaparon a la matanza. Allí donde no llegó la muerte fue porque muchos arriesgaron sus vidas para salvar la de otros, como recordatorio de quienes sí confiaban en que Ruanda era un solo pueblo. Ellos inspiraron también la reconciliación que aquí hoy se construye: posterior al genocidio los sobrevivientes están dispuestos a perdonar, y los más jóvenes de ambas etnias buscan rescatar la esperanza y la armonía.
«Construir un mejor país será el mayor tributo a los que han muerto», valoró el Vicepresidente, al concluir el recorrido.
En el libro de visitantes plasmó: «El Memorial en Kigali sobre el genocidio deber ser un lugar de reflexión, sanación y reconciliación, no solo para el pueblo ruandés, sino para todos los seres humanos».
En esa reconciliación habita también la grandeza de esta tierra que, luego de tanta crueldad, supo encontrar fuerzas para reconstruir la unidad y rescatar la identidad que los forjó como pueblo.