Es un asunto, dijo, en el que el proceso de información de las premisas e indicadores de este Presupuesto será acompañado por las consultas con los trabajadores, mediante las asambleas en colectivos laborales, con un cronograma puesto en marcha desde el 16 de enero.
Serán financiados con prioridad los principales gastos que aseguren el sostenimiento de los servicios sociales básicos y la atención de las situaciones de vulnerabilidad, tanto en las comunidades como en las personas, afirmó.
«Apostamos por todo esto sin aplicar terapias de choque, sin recurrir a despidos en el sector presupuestario; siempre revisando dónde podemos hacer un mejor uso de esa fuerza de trabajo, así como la calidad de los servicios».
Entre los principales retos está lograr captar mayores ingresos al Presupuesto, sobre la base de diversificar las fuentes y potenciar las producciones con mayor eficiencia.
Tras aseverar que el Presupuesto del Estado también tiene un impacto directo en la reducción de las desigualdades, reafirmó que los principales gastos del Presupuesto se concentran en el sector social, con un 72 % de lo proyectado.
Esto último, significó, se traduce en más de 251 000 millones de pesos. Su crecimiento se debe, por ejemplo, al financiamiento de las prestaciones monetarias a la Seguridad Social.
Comentó, sobre las transferencias que se hacen al sector empresarial para mantener precios centralizados, que no afecten a la población en la tarifa eléctrica, el gas licuado, y el suministro de agua.
También existen otros presupuestos para incentivar la producción agropecuaria, como el café y la caña.
Asimismo, se refirió a los gastos de inversión, relacionados, entre otros, con la construcción de viviendas por el Estado, el programa hidráulico y la ciencia e innovación.