Cuba vs. bloqueo: Cuando el amor y la solidaridad engendran la maravilla de resistir
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Más de seis décadas amaneciendo con el bloqueo ha sido la realidad de generaciones de cubanos. Es la batalla diaria de la resistencia de un pueblo contra el odio enfermizo de gobiernos estadounidenses que han ignorado incluso las voces de muchos de los hijos de esa propia nación.
Desde Cuba, se continúan escribiendo páginas de firmeza, de continuidad histórica y de voluntad de seguir defendiendo el camino que escogió como país. El bloqueo impacta negativamente en todas las dimensiones de la vida a cubanas y cubanos, todos los días.
Por ello, este domingo varias ciudades de la Isla unen sus voces a la caravana mundial contra el bloqueo, ese virus que ha arreciado en tiempos de COVID-19 y que también debe ser eliminado.
Tuneros le dicen no al bloqueo
Esta mañana los habitantes de la ciudad de Las Tunas toman parte en una caravana de automóviles, bicicletas y vehículos diversos para manifestar su rechazo al bloqueo económico comercial y financiero que por más de 60 mantienen los gobiernos de Estados Unidos contra Cuba.
Desde las afueras de la ciudad y hasta la Plaza de la Revolución Mayor General Vicente García, en automóviles, motocicletas, ciclos, motos eléctricas, bicitaxis, en vehículos de tracción animal, las tuneras y los tuneros están en la calle para denunciar la inmoralidad de una política de asedio que castiga a todo un pueblo y que viola los más elementales principios del derecho internacional
En la punta de la Loma del Capiro, en Santa Clara, hay dos banderas que se ven desde cualquier punto: la cubana y la del Movimiento 26 de julio. Desde la base de ese lugar partió hoy una Caravana contra el bloqueo que agrupó a una representación de la sociedad civil y unió la historia y el simbolismo de la ciudad.
En una ruta pintada de varios colores, el recorrido llegó hasta la zona hospitalaria de Santa Clara. Fue un reconocimiento especial al sector de la salud y a su esfuerzo durante tantos años por vencer las sanciones de Estados Unidos y salvar la vida de los cubanos y de esas otras personas que desde decenas de países confían en la sabiduría de nuestros galenos.
Para Eduardo Santana, uno de los jóvenes estudiantes de medicina que participó en la caravana, acciones como estas contribuye a visibilizar el bloqueo en otros países, pero también para demostrar cómo la sociedad cubana se articula para superar las trabas que esa política le impone.
Cuando la caravana salió de ese lugar ya había crecido el número de participantes. En cada calle se le sumaron nuevos integrantes, nuevas banderas, nuevos carteles. Y cuando el grupo llegó hasta el Parque Vidal, el corazón de la urbe, los aplausos de quienes esperaban se unieron con el bullicio de los que llegaron.
En un cartel grande, colgado en un lateral de un auto, las letras rojas pedían el fin del bloqueo. Al otro lado, otra pancarta reafirmaba el "Viva Cuba Libre" que tantas veces ha estado en la batalla. Esta es una de ellas, un combate que dura más de 60 años, ha costado más de 144 mil millones de pesos y deja a un pueblo que sabe crecer en medio de la resistencia.
Frente a la Biblioteca Provincial José Martí, el lugar donde por primera vez Fidel se dirigió a los santaclareños, y el sitio que acogió los restos del Che, pasaron las banderas y las consignas. En las aceras, decenas de personas compartían sus experiencias en redes sociales.
En una ciudad tan diversa como Santa Clara, no faltaron en la caravana las banderas del movimiento LGBTIQ+. Tampoco estuvo ausente una representación de los motoneteros, un grupo de transportistas privados que asegura buena parte del movimiento urbano.
Cuando todos dejaron el parque atrás y enrumbaron hacia la Plaza de la Revolución Comandante Ernesto Che Guevara, tenían el Sol de frente. Es una especie de coincidencia con la naturaleza que encarna un símbolo mayor: la ruta de un pueblo hacia el héroe.
En lo alto, el Guerrillero Heroico con su fusil y su brazo en cabestrillo. Abajo, las decenas de hombres y mujeres llegando también en patines, bicicletas, motorinas. Y entre todos, un grupo de campesinos a caballo que recuerda a aquellos mambises fundadores del espíritu insurrecto de un país erguido ante las amenazas.
Apenas una hora duró el recorrido por las calles de la ciudad. Cuando se detuvo el último caravanista, en el aire quedó ese agradecimiento hacia quienes en otros países del mundo hacen suyos los reclamos de Cuba. Y quedó también, en lo alto de una loma al otro lado de la ciudad, las dos banderas enormes que señalan el presente y el futuro de Cuba.
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Desde las aguas habaneras de nuestro singular Malecón, también emergen razones y voluntades para tejer #PuentesDeAmor...El pueblo de #Cuba y los cubanos en el exterior se unen: #EliminaElBloqueo

